Les gusta el buen tiempo, pero no la espontaneidad española. Valoran la forma de trabajar en este país, pero detestan las reuniones que no llegan a puerto y la delgada línea que separa la vida profesional de lo personal. Conversando con directivos extranjeros que trabajan o lo han hecho en España, uno ve cómo se confirman algunos mitos y se desmontan otros.
"He trabajado en Francia y Bélgica y además he vivido en Argentina, Argelia e Inglaterra. Decidí afincarme en Madrid y llevo aquí 20 años". A Emmanuel Biscay, francés, director general en España de Kewego, una plataforma de vídeos online, le ha seducido especialmente el sol español.
"Es muy importante en mi vida. Resulta agradable tanto en el día a día como el fin de semana, tanto para salir en familia como a tomar algo. Hace años trabajé en Bruselas, una ciudad que me gustó mucho. La gente es encantadora, se come muy bien y, además, está cerca de París, donde vive mi familia. Pero el tiempo...".
¿Vagos?
Pablo Alzugaray, presidente de la agencia de publicidad Shackleton, cree que se debería acortar el tiempo del almuerzo: "Cuando no tengo una comida de trabajo, lo hago en 15 minutos".
Alzugaray, argentino, llegó a España en 1990 y, ayudado por su cultura latina, se sintió bien desde el principio: "Madrid combina lo mejor del estilo anglosajón de la eficiencia con el lado latino del disfrute de la vida". El cliché de que los españoles son menos eficientes "es falso; cuando hacen negocios trabajan mucho, tanto o más que en otros lugares".
Michael Loechel, director de Tecnología Estratégica de una multinacional con sede en Nueva York, no está de acuerdo y critica la forma de trabajar en España: "En España se tarda mucho en cerrar acuerdos y la productividad es menor, con largas comidas de negocios que no van a ninguna parte".
Benditas vacaciones
En el lado positivo, añade Loechel, "hay cuatro o cinco veces más días libres, de vacaciones y puentes que en Estados Unidos". Huang Lan, coordinadora del departamento de Desarrollo de Negocio de BBVA en Asia, también nota este cambio: "En China hay 15 días que corresponden a las fiestas anuales. Las vacaciones duran entre cinco y 15 días, dependiendo de la empresa y de los años que se haya trabajado en ella".
Más respeto, 'please'
Una profesora norteamericana que vive en España y prefiere no dar su nombre habla de las faltas de respeto que ha sufrido en este país: "Aunque la mayoría conocen Estados Unidos sólo a través de la televisión y los tópicos vinculados a Hollywood, me han llegado a decir que somos superficiales, incultos, egoístas, insolidarios, que comemos mal...
Los estadounidenses tendremos todos los fallos que quieras, pero sólo el más bruto criticaría tu país a tu cara". A Loechel le pasó algo parecido en la época que pasó en España: "Me comentaron 'en EEUU sólo se comen hamburguesas y eso es un asco. Donde esté la comida española...' Aquí jamás se haría un comentario como éste aunque se pensara".
Un directivo mexicano que trabaja en un banco español señala que en España los empleados son "más respetuosos, pero les cuesta aceptar a gente de culturas diferentes".
En el lado opuesto, las relaciones laborales en España son más intensas y, según Michael Loechel, tienen la ventaja de que "llegas a formar relaciones profundas con tus compañeros".
El directivo añade que en su país "hay que andarse con ojo: mientras que existe más respeto que aquí por las opiniones de los demás, es un país de pleitos; cualquier cosa que ocurra en un ambiente laboral puede motivar un juicio, así que hay que andar con cuidado con lo que se dice y hace".
Horarios y vida privada
Huang Lan, de BBVA, explica que en China la línea que separa vida personal y profesional es aún más delgada: "En mi país, los empleados dedican más horas al trabajo y lo mezclan con su vida privada, no tienen mucho tiempo para sí mismos".
Lan lleva un año y medio en el banco, para lo que antes estudió español. Dice que no le ha costado ningún esfuerzo acostumbrarse a sus nuevos horarios. "Los chinos se adaptan con rapidez a nuevos ambientes", señala. Para Michael Loechel, sin embargo, "la jornada continua es mucho mejor que la partida; cuando terminas, te centras en tu vida personal y no piensas en el trabajo hasta el día siguiente".
Más ordenados... y miedosos
Un directivo mexicano que trabaja en un banco español señala que en este país la gente es "más ordenada que en México. Sin embargo, les cuesta identificar oportunidades y tomar decisiones; allí estamos más dispuestos a arriesgarnos. Aquí hay mucho miedo a equivocarse". Además, "son más individualistas y cuando trabajan en equipo todos quieren ser líderes".