Los dirigentes del Congreso y el Gobierno estadounidenses revelaron este domingo de madrugada que han hecho "grandes progresos" en las negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre el plan de rescate del alicaído sistema financiero norteamericano, que podría llegar a lo largo del día.
"Hemos estado trabajando muy duro al respecto (...) Y hemos hecho un gran progreso hacia un acuerdo, que funcionará y será efectivo en el mercado y para todos los estadounidenses", afirmó el secretario del Tesoro, Henry Paulson. "Hemos hecho grandes progresos", corroboró la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, pero advirtió de que aún deben "plasmarlos en un papel para completar, formalmente, un acuerdo".
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, afirmó que hubo un "gran avance", que atribuyó a los esfuerzos de Pelosi, y destacó que se podría esperar un anuncio formal del acuerdo este domingo por la tarde.
Los legisladores estadounidenses han debatido arduamente el plan original de 700.000 millones de dólares propuesto por el Gobierno del presidente George Bush, que busca usar dinero de impuestos para comprar créditos impagables y proveer mayor liquidez a las instituciones financieras.
Según informaciones de medios estadounidenses, el plan podría proveer en un primer momento la mitad de los 700.000 millones de dólares, y el resto sería aprobado posteriormente. El plan, que en el borrador original de Paulson tenía tres páginas, ya contaría con más de 100, informó la televisión CNN.
La grave crisis del crédito se cobró en menos de dos semanas a varias víctimas, los bancos de negocios Lehman Brothers y Merrill Lynch, el gigante de los seguros AIG y el banco de depósitos Washington Mutual. Los republicanos más conservadores de la Cámara Baja se habían opuesto al plan por motivos ideológicos, ya que defienden una "alternativa de libre mercado".
Preferirían un sistema de seguridad garantizada por el Estado, más que una intervención directa en el sector privado a expensas de los contribuyentes. El presidente Bush dijo el sábado que comprendía que los estadounidenses tal vez no quieran pagar la factura del masivo plan de rescate del sistema financiero, pero argumentó que era necesario para salvar a la economía del país.
"Ustedes hacen sacrificios diarios para pagar vuestras hipotecas y tener las cuentas al día. No parece justo que el gobierno les pida que paguen por los errores de Wall Street. Y lo comprendo", afirmó Bush. "Y si fuera posible dejar que cualquiera de las irresponsables compañías de Wall Street quebrara sin que ustedes y sus familias se vieran afectados, lo habría hecho. Pero eso no es posible".
El responsable de la autoridad bursátil estadounidense (SEC), Christopher Cox, culpó de la crisis financiera a un programa de monitoreo voluntario de los grandes bancos de inversión, y dijo que estaba cancelando ese programa. "Los últimos seis meses dejaron suficientemente claro que la regulación voluntaria no funciona", dijo en un comunicado difundido el viernes.
Con la economía más importante del mundo en serias dificultades, otros gobiernos contemplan con nerviosismo las negociaciones, preocupados de que sus economías se puedan ver contagiadas. El primer ministro británico, Gordon Brown, transmitió el viernes a Bush el apoyo a su plan de rescate: "Gran Bretaña apoya el plan financiero y, al margen de sus detalles, es lo que debe hacerse en estas difíciles circunstancias".
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