El Fondo Monetario Internacional ha presentado un análisis donde hace repaso a la recuperación de los sectores inmobiliarios de varios de sus miembros, entre ellos España. La institución examina detenidamente las distintas experiencias sufridas por Dinamarca, Irlanda, Países Bajos o nuestro país, tras el desplome del precio de la vivienda producto del sobrecalentamiento del sector.
Los países mencionados cuenta con similitudes como, por ejemplo, el largo ciclo alcista en el encarecimiento de los precios, que se extendió casi siete años desde el comienzo del año 2000. Una burbuja para muchos fomentada por unas laxas condiciones financieras acompañadas de una elevada acumulación de deuda. Este boom culminó con un desplome de los precios del 25% o más, dado que en Irlanda y España el excesivo inventario acumulado durante este periodo potenció caídas aún mayores.
Según los expertos del Fondo, "las métricas sugieren que los precios de la vivienda debería haber tocado fondo o estar cerca de establizarse en estos países". Tanto los ratios de precios respecto a los alquileres y respecto los ingresos se sitúan entre un 0 y el 15 por ciento sobre sus medias históricas. El patrón difiere según los países, en algunas áreas urbanas como Dublin, los precios han subido un 25% con respecto al año pasado.
Desde el FMI advierten que la actual situación representa un arma de doble filo. En el lado positivo, los tipos de interés reales se mantienen por debajo de la media, "por lo que se podría justificar parcialmente que los precios de los activos se mantengan todavía por encima de sus medias históricas".
Sin embargo, "no existe ninguna garantía de que las tasas reales de interés vaya a permanecer indefinidamente en los niveles actuales, por lo que una subida hacia la media histórica podría provocar nuevas caídas en los precios", advierten desde la institución. En el caso particular de España, el elevado inventario de casas desocupadas, especialmente fuera de zonas urbanas, podría provocar que los ratios de precios con respecto a los alquileres y los ingresos se queden cortos con respecto a sus puntos de equilibrio a largo plazo.
Aún así, el FMI incide en que es difícil estimar el futuro a medio y largo plazo debido a la incertidumbre a la hora de elegir el periodo de tiempo utilizado para calcular los ratios de equilibrio de los precios inmobiliarios.