El Ministerio de Empleo y Seguridad Social reconoció ayer que es necesario volver a 'echar mano' del Fondo de Reserva para poder garantizar el pago de las pensiones del sistema público. Esta es la segunda vez que la Seguridad Social tiene que usar esta 'hucha' para cumplir con sus obligaciones este año.
La Seguridad Social ha retirado este año un total de 14.000 millones de euros del Fondo de Reserva. Los primeros 6.000 millones fueron retirados en junio y julio para pagar la extra de verano de las pensiones. Los últimos 8.000 millones han sido retirados para hacer lo propio con la extra de navidad y la liquidación del IRPF.
El Fondo de Reserva cuenta en la actualidad con 42.675 millones de euros, por lo que siguiendo la actual tendencia, estas reservas podrían durar poco más de tres años, incluyendo el rendimiento que obtiene este Fondo gracias a las inversiones en deuda pública española. De este modo, no resulta extraño que varios expertos pongan en duda la sostenibilidad del sistema público de pensiones en España.
El Catedrático de Economía de la Universidad de Columbia, Xavier Sala i Martin, asegura que "el sistema de pensiones español es insostenible. Las contribuciones a la Seguridad Social que el trabajador medio hace a lo largo de su vida no alcanzan a pagar todas las pensiones que luego recibe durante años de jubilación".
El economista catalán no duda en señalar que "el Estado español no va a cumplir, pues, está estafando a los trabajadores jóvenes con promesas insostenibles. Se está pidiendo a los jóvenes que paguen una parte de su salario con la promesa de que el dinero que hoy pagan va a ser devuelto cuando se jubilen".
El economista Juan Ramón Rallo sostiene algo similar, quien asegura que el sistema de pensiones públicos español es parecido a una estafa piramidal: "El sustento de los pensionistas actuales se ha de pagar no con las rentas que se derivan del patrimonio acumulado por esos pensionistas durante su vida laboral, sino con la exacción de los obreros actuales", con la promesa de que ellos también tendrán su pensión cuando se jubilen.
Pero tanto Rallo como Sala i Martín señalan que la esperanza de vida aumentan constantemente, por lo que los pensionistas cobran durante mucho más tiempo este tipo de rentas públicas diferidas. Además existe un problema extra, que son los 'baby boomers' que ya están llegando a las edades próximas a la jubilación.
Posibles soluciones
Algunos economistas proponen cambiar el actual sistema de reparto por uno de capitalización o uno mixto. El actual sistema de reparto es un sistema en el que las cotizaciones sociales de las personas que están en activo se destinan a cubrir las pensiones de las personas jubiladas. Mientras que el sistema de capitalización los trabajadores pagan una fracción de su salario, ya sea a un ente público o privado, que se acumula e invierte para rescatarlo en forma de pensión al fin de su carrera profesional.
El economista jefe para economías desarrolladas de BBVA, Rafael Domenech, explica que "tradicionalmente la tasa de rentabilidad es el principal argumento a favor de los sistemas de capitalización frente a los de reparto. En el caso de un sistema de capitalización, en que cada individuo acumula su ahorro para la jubilación en cuantas de ahorro individuales, la tasa interna de rentabilidad suele ser más elevada".
Además, Domenech señala que "el sistema de capitalización incentiva el ahorro, lo que propicia una mayor acumulación de capital", pero el sistema de reparto también tiene aspectos muy positivos: "El sistema de reparto es interesante por su capacidad para facilitar una distribución más equitativa de la renta, evitar situación de pobreza relativa y reducir el riesgo de exclusión social".
Por eso Domenech apuesta por un sistema mixto "que busque un equilibrio adecuado entre la equidad y la existencia de mecanismos que sirvan para proporcionar un seguro a aquellos individuos que no han sido suficientemente previsores... Y complementar el sistema con el pilar de la capitalización para ir amortiguando la previsible disminución de las tasa de reemplazo que se producirá en las próximas décadas", además de aumentar la rentabilidad media de las aportaciones.
Para el catedrático Sala i Martín la mejor opción sería decantarse por un sistema de capitalización privado: "Los trabajadores escogen un fondo de pensiones privado que administra el dinero, estos fondos compiten para obtener las mejores contribuciones de cada uno de los trabajadores".
Sala i Martín cree que el sistema de Chile es un buen ejemplo, los Administradores de Fondos de Pensiones (AFP) en Chile "no tienen libertad absoluta para invertir donde mejor les parezca: están regularizados y asegurados con el objetivo de proteger al trabajador de quiebras. Por ejemplo, al menos el 50% de los fondos deben ser invertidos en bonos del estado y no más del 50% puede ser invertido en valores privados", señala el catedrático en un documento publicado por la Universidad de Columbia.
Por otro lado, el profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid, José Ignacio Conde Ruiz, cree que "España debe ir hacia la introducción de un sistema de cuentas nocionales. Estos sistemas se basan en dos principios claves: la pensión de jubilación tiene que ser proporcional a todas cotizaciones realizadas a lo largo de toda la vida laboral; y la edad de jubilación debería ser flexible y la pensión debería depender de las cotizaciones realizadas y la esperanza de vida a la hora de la jubilación".
"Si reformáramos el sistema hacia uno de cuentas nocionales, sólo podría afectar a los trabajadores por debajo de una determinada edad. Pero, para los que tienen más edad, habría que darles la oportunidad de elegir con qué regla quieren calcular su pensión, si con la nueva o con la antigua", argumenta Conde Ruiz.
Además, el profesor de la Complutense cree que sería muy importante tener en cuenta toda la vida laboral del trabajador para calcular la pensión: "Es injusto que no todas la cotizaciones cuenten por igual. Ahora estamos viviendo situaciones bastante poco razonables: trabajadores con largos historiales de cotización que, al verse envueltos en esta crisis al final de su etapa laboral, están esperando mermas muy importantes de sus pensiones. Esto es algo que se solucionaría con un sistema de cuentas nocionales como el que he defendido antes".