
La familia del disidente cubano Oswaldo Payá, fallecido el pasado mes de julio en un accidente de tráfico en el sureste de Cuba, ha denunciado que el Gobierno español ha "presionado" al dirigente de Nuevas Generaciones del PP Ángel Carromero, único condenado por el suceso, "para que no hable" de lo ocurrido.
Carromero, condenado a cuatro años de cárcel por su responsabilidad en el accidente que costó la vida a Payá y al también opositor Harold Cepero, rompió su silencio la semana pasada con una entrevista a The Washington Post en la que, entre otras cosas, aseguraba que un segundo vehículo les embistió por detrás.
El dirigente de NNGG fue trasladado a España el pasado diciembre gracias a un convenio bilateral para la repatriación de personas condenadas que, en la práctica, supuso que el Gobierno de Mariano Rajoy y el propio Carromero estaban asumiendo la validez del juicio llevado a cabo en Cuba.
A Magallo no le consta
La hija de Oswaldo Payá, Rosa María Payá, se reunió con Carromero a mediados de febrero y confirmó con él las versiones dadas por los testigos del accidente. También contrastó estos datos con el otro superviviente, Aron Modig, durante una reunión que ambos mantuvieron la semana pasada en Estocolmo y en la que el político sueco reiteró que apenas recordaba nada.
"Estamos confirmando cosas con ambos supervivientes", ha explicado Rosa María Payá. Así, ha matizado que datos como la implicación de un segundo vehículo -supuestamente de la seguridad del régimen cubano- o que el coche no llegó a estrellarse nunca contra un árbol "ya se sabía".
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha manifestado en los últimos días que no tiene constancia de que los hechos ocurriesen de forma distinta a lo reconocido por Carromero durante el proceso judicial en Cuba y ha instado a quienes duden de dicha versión a acudir a los tribunales.