España

La UE prevé dar el primer paso hacia el libre comercio con EEUU en primavera

  • Las trabas proteccionistas mantienen el volumen de negocio de ambas áreas en niveles muy escasos

El país donde se inició la actual crisis económica y el continente que se ha visto más intensamente sacudido por ella se buscan mutuamente con objeto de impulsar sus respectivas economías. La coyuntura actual parece la más propicia para que el largamente anhelado proyecto de liberalizar el comercio entre Norteamérica (especialmente, Estados Unidos) y la Unión Europea (UE) pueda echar a andar con decisión.

La prueba de ello se halla en el hecho de que en época tan próxima como "la próxima primavera" podría haberse alcanzado ya un acercamiento político entre ambas partes con objeto de lograr un "gran acuerdo de libre comercio" que aproxime un poco más las dos orillas del Atlántico. Así lo espera el secretario de Estado de Comercio, Jesús García-Legaz.

El también presidente del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) hablaba ayer ante un auditorio deseoso de escuchar augurios como esos, en la medida en que se componía mayoritariamente de empresarios españoles y estadounidenses que buscaban intercambiar información sobre las oportunidades de negocio que ofrecen sus respectivos países.

Con ese fin, acudieron al foro organizado por Casa de América y la Fundación Consejo España-EEUU con el patrocinio de El Economista, bajo el lema 'Una relación empresarial de futuro', de mucho futuro a juzgar por todo lo que queda por hacer, según García-Legaz, quien fue uno de los ponentes encargados de inaugurar el ciclo de mesas redondas. No en vano "las relaciones comerciales entre Europa y Estados Unidos se encuentran actualmente muy por debajo del que sería su potencial", de acuerdo con el secretario de Estado.

Es más, si el vaticinio se cumple y a mediados del año que viene el Tratado de Libre Comercio ha recibido el beneplácito político, todavía serían necesarios años para desmantelar todas las trabas que lastran el intercambio de bienes y servicios entre las dos áreas económicas. Hasta tal punto está enmarañada la red de aranceles, requisitos técnicos u homologaciones obligatorias en la que se ven atrapadas las empresas europeas y estadounidenses que buscan que sus productos crucen el charco.

En el caso de España, no sólo la situación económica debería animar a derribar obstáculos proteccionistas; también constituye un acicate el recuerdo del pasado pues "hace pocos años conseguimos distinguirnos como un aliado preferente y no hay razón para que no podamos volver a serlo ahora", de acuerdo con Josep Piqué, actual presidente del Círculo de Economía pero que ayer habló más bien en calidad de ex ministro de Exteriores del Gabinete de José María Aznar.

Alusiones de campaña

Además de Piqué y García-Legaz, también figuraron en la nómina de ponentes inaugurales Juan Rodríguez Inciarte, presidente de la Fundación Consejo España-Estados Unidos, y el actual representante de Barack Obama sobre suelo español, Alan Solomont. El embajador, quien se dirigió a la audiencia (bien nutrida de compatriotas suyos) en inglés, quiso quitar importancia a las alusiones sobre España que se colaron en la campaña presidencial estadounidense y que no dejaban en buen lugar al país ni en cuanto a su situación actual ni en lo que respecta a sus perspectivas.

Solomont subrayó lo positivo que ha encontrado en España, como "sus empresas de envergadura global", sus "muy preparados universitarios" o "el creciente apetito por el emprendimiento". Ahora bien, el diplomático dejó claro que tiene plena consciencia de la gravedad de la situación económica en que se halla España, de la cual sólo será posible salir en caso de que "el Gobierno español busque reforzar su credibilidad ante sus propios ciudadanos, sus socios europeos y también ante Washington D.C. La llamada crisis del euro es en sí misma una crisis de confianza", remachó el embajador.

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