
Por mucho que Mariano Rajoy lo niegue, el Gobierno español está abocado, lo quiera o no, a meter la tijera en las pensiones. Es orden de Bruselas y, por si se les había olvidado, ayer el Comisario Europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se encargó de recordárselo. Al propio presidente, a su ministro de Economía, Luís de Guindos y, posiblemente, al gobernador del Banco de España, Luis Linde, que fueron las tres citas que mantuvo durante su apretada agenda de menos de doce horas en Madrid.
"Es necesario que España siga adelante con la reforma del sistema de pensiones para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas", aseguró el comisario, quien urgió también al Ejecutivo de Madrid a "garantizar que la edad de jubilación vaya en línea con el aumento de la esperanza de vida", según las recomendaciones del Consejo Europeo de julio.
Aunque no quiso pronunciarse sobre medidas concretas, como la de desligar la revalorización de las pensiones del IPC, el responsable comunitario sí fue tajante al asegurar que "para restablecer la sostenibilidad de las finanzas públicas es inevitablemente necesario garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones" e instó al Gobierno español a "tomar cualquier otra medida necesaria para garantizar que el sistema contribuya a la estabilidad de las finanzas públicas" .
Tampoco quiso ser muy explícito Rehn sobre el resto de las cuestiones tratadas con Rajoy y De Guindos. De hecho, en la rueda de prensa posterior a su entrevista con el titular de Economía, se limitó a dar un frío respaldo a las reformas puestas en marcha por España.
Decisiones dolorosas
"El Gobierno español tiene la determinación para llevar a cabo los pasos necesarios para restaurar el equilibrio de la economía española y Europa seguirá apoyando a España", dijo, antes de sentenciar que "las decisiones serán más dolorosas si se posponen y no hay otra opción", a a pesar de declararse "muy consciente de las dificultades que atraviesan las empresas y las familias españolas".
En la misma línea de deliberada parquedad, echó balones fuera en relación a la posibilidad de que España tenga que acudir al fondo europeo de rescate permanente. "No existe petición de asistencia por parte de España", recordó, aunque repitió en varias ocasiones que en la UE "estamos preparados para actuar cuando sea necesario" en ayuda de cualquier país miembro, siempre que se produjera la petición.
Y, sobre las posibles condiciones del rescate, insistió en que serán las mismas que se acordaron en las recomendaciones del Consejo Europeo de julio.
Si tuvo tiempo el comisario europeo de echar un jarro de agua fría a España, al descargar sobre la oficina de estadísticas comunitaria, Eurostat, la responsabilidad de decidir si las ayudas a la banca computan para el objetivo de déficit. "Tenemos nuestras protecciones dentro de la Comisión Europea para que Eurostat conserve su independencia" señaló, a pesar de se mostró esperanzado en que las ayudas a la banca se consideren como "one off (de una sola vez) y no como déficit estructural".
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, había asegurado el sábado que Bruselas le había confirmado que las ayudas a la banca no computarían como déficit excesivo. Esta posibilidad ha sido contestada desde Alemania, Holanda y Finlandia en los últimos días, aunque el comisario Rehn confía en que "todos los Estados miembros honrarán sus compromisos".
Con idéntica flema y seriedad, evitó pronunciarse sobre el contenido de los Presupuestos para 2013: "Los estamos analizando y hasta el 7 de noviembre no se publicarán las previsiones de crecimiento del PIB para España y para toda la eurozona", explicó.
Por su parte, el presidente Mariano Rajoy, transmitió a Rehn el compromiso de España con la consolidación fiscal y con el proceso de reformas estructurales.
Los dos dirigentes abordaron también los progresos realizados por España en la reestructuración del sistema bancario español. El Gobierno destaca en un comunicado que con este nuevo marco de reestructuración y resolución de entidades de crédito, "España se ha dotado de una herramienta esencial para abordar la gestión de crisis en entidades de crédito, salvaguardando la estabilidad del conjunto del sistema y minimizando el uso de recursos públicos".
Rajoy ha instado también a la CE a continuar trabajando con los Estados miembros para desarrollar una plena Unión Económica y Monetaria, restaurar la confianza en la irreversibilidad del euro e impulsar el crecimiento y el empleo.