
El Gobierno presentará a Bruselas una cifra de déficit de 2012 ligeramente inferior al 7 por ciento, según han avanzado a elEconomista fuentes próximas al Ejecutivo. Una desviación de cerca de siete décimas respecto al objetivo del 6,3 por ciento, pero aun así, una buena cifra que en Europa descuentan hace semanas.
El Estado está en condiciones de cumplir su parte del 4,5 por ciento, con unos ingresos fiscales de 168.567 millones (+4,2 por ciento), de los cuales, 11.238 millones proceden de subidas de impuestos, lo que permitirá compensar los 11.800 millones de déficit en la Seguridad Social. Todo apunta a que las CCAA se desviarán de su 1,5 por ciento -Cataluña ya ha anunciado el 1,8 por ciento y antes dijo el 2,3 por ciento-, y los municipios es previsible que cumplan su 0,3 por ciento.
Con todo, ese entorno del 7 por ciento -probablemente el 6,8 por ciento- es menor que el que predicen los analistas, que no bajan del 7,5 o incluso 8 por ciento. Algunos expertos hablan, incluso, de artificios contables -perfectamente legales- para lograr la mejor foto fija de ingresos y gastos a fin de año.
El Gobierno no puede ser tan torpe de crear más dudas y desconfianza organizando un baile de números", asegura Javier Díaz-Giménez, profesor del IESE, quien sí avisa de que el éxito del aumento de ingresos es frágil, pues se debe "al artificio contable del fraccionamiento del impuesto de Sociedades, es decir, la obligación de las empresas de fraccionar -y adelantar- pagos, con lo que Hacienda recaudó en 2012 por una doble vía: lo correspondiente a 2011 más adelantos".
Otros expertos hablan de la estrategia de retrasar devoluciones o demorar la concesión de aplazamientos de pago de impuestos, como una forma usada en el pasado para dar mejores cifras de ingresos a fin de año. Pero remachan que, de aplicarse, es una estrategia de pan para hoy y hambre para mañana.
El recelo con las cifras de déficit no es gratuito, pues España lleva años presentando un dato a principios de ejercicio y enmendándolo a mitad de año. En 2012, el Ejecutivo revisó cuatro veces el dato de 2011, y una de ellas fue clamorosa, pues las comunidades de Madrid y Valencia afloraron en mayo un déficit oculto de casi 4.000 millones, que llevó el desfase español al 8,9 por ciento. Finalmente, 2011 se cerró en el 9,4 por ciento.
"Realmente confío en que las CCAA no escondan facturas impagadas y no reconocidas, porque si ocurre lo que en 2012 sería una mala señal a los mercados", afirma José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de Fedea. ¿Cómo evitarlo? Para este experto, "Hacienda debe estar vigilante sobre la ejecución presupuestaria de las autonomías, pues si no se ejecuta el presupuesto puede ser señal de que algo no cuadra".
Aun dando por real el 7 por ciento, la amenaza es "el déficit en pensiones y el paro", dice Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de Free-market, que alerta de que el recorte autonómico no se hace y los entes públicos adeudan 25.000 millones.
En la gravedad de las cuentas de la Seguridad Social coincide Fernando Méndez Ibisate, profesor de la Universidad Complutense, quien resalta que "se les ha ido de las manos". Y apunta algunos trucos legales para embellecer el déficit. Retrasar pagos de facturas, no contar el rescate a la banca o cobrar por adelantado impuestos, mientras se retrasan pagos. "Si se recurre a esto, en unos meses se sabrá", dice.
El director del Master de Finanzas de Esade, Jordi Fabregat, avisa del agujero de las pensiones, y ratifica que "son los pagos a cuenta los que han subido los ingresos".