
El exministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, ha analizado uno de los aspectos más sensibles de la actual crisis económica: cómo afecta esta al sector joven de la población.
Más allá de las cifras del paro juvenil, que llega a picos del 41% en España, por el 21 de media de la Unión Europea, y del elevado índice de formación de esta generación, Sevilla considera que existe un serio problema con las expectativas de futuro de los recién licenciados.
"No quieren vivir peor que sus padres, ya que temen que no será posible hacerlo igual, ni desde el punto de vista cualitativo ni cuantitativo", asegura en su columna en el diario El Mundo.
"No es que nuestros jóvenes sean más acomodados o tengan mayor aversión al riesgo que antes, sino que les hemos prometido cosas que se han creído y que ahora no somos capaces de cumplir", argumenta.
Además, relaciona este hecho con el descontento del movimiento 'indignado' del 15-M. "Plantea un auténtico reto a los responsables políticos que son criticados por el tipo de sociedad que han permitido construir, por limitar las opciones de participación al voto cada cuatro años y por actuar sin tener en cuenta las profundas desafecciones que generan con su modo de hacer", afirma.
Sevilla concluye que este movimiento 15-M apunta con sus denuncias "al corazón de nuestro sistema económico y político actual, mostrando cualquier cosa menos una actitud de resginación: exigen cambiar cosas que no pueden seguir así".