En total, el entonces presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, gastó 12,3 millones de euros en comprar las dos oficinas en las que ubicó sus 'embajadas' de Madrid y Bruselas. Ahora, tras el cambio de gobierno, Francisco Álvarez-Cascos ha anunciado el cierre inmediato de estas delegaciones que inflaron las facturas de la autonomía.
El Ejecutivo dirigido por Areces no escatimó en gastos al equipar sus delegaciones. A través de una partida de sus Presupuestos Generales llamada 'Acción Exterior', dotada con dos millones de euros, el Ejecutivo adquirió mobiliario de primera calidad.
La 'embajada' de Asturias en Bruselas, abierta hace siete años, se ubicó en una de las mejores zonas de la capital. Por ello, el Principado gastó 4,3 millones de euros tan sólo por el inmueble. Su equipamiento quedó a la altura: ocho sofás de más de 4.000 euros cada unidad para hacer la estancia más cómoda.
De igual manera, la delegación de Madrid se colocó en un local de 1.800 metros y en una de sus mejores zonas, gastando por ello ocho millones de euros. El mobiliario volvía a ser de primera, destacando un sofá que costó 5.700 euros, según los datos a los que ha tenido acceso El Confidencial.
Los sueldos de los delegados tampoco se quedan atrás en esta fiesta de derroche. El de Madrid, Miguel Muñarriz, con rango de viceconsejero, cobraba 68.000 euros al año, mientras que los siete funcionarios que tenía a su cargo ingresaban entre 43.000 y 48.000 euros.
El nuevo gobierno ha anunciado ya el cierre de estas delegaciones y la consejería de Hacienda está estudiando su venta para poder sanear sus cuentas.
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