
La misión de Alfonso Arbaiza al frente de Fundetec es intentar que las empresas españolas utilicen la tecnología en su día a día. Que recurran a Internet para captar clientes, que controlen sus stocks con un programa informático o que utilicen terminales en el punto de venta (tpv) para cobrar por sus servicios allí donde lo necesiten, por ejemplo.
En esta organización sin ánimo de lucro, que nació en octubre de 2004, están presentes entidades públicas como Red.es (adscrita al Ministerio de Industria) y empresas como El Corte Inglés, HP y Telefónica.
¿Hasta qué punto está España atrasada tecnológicamente?
Estamos francamente descolgados de la Europa de los 15. Tanto en ciudadanía como en lo relativo a las pymes seguimos sufriendo una importante brecha digital. Más del 50% de los autónomos (es decir, más de un millón y medio de ellos) no utiliza la tecnología. Ni siquiera una PDA.
¿Ni siquiera Internet?
No tienen absolutamente nada. Eso en lo que respecta a los autónomos, en las micropymes (empresas de hasta diez empleados), la brecha digital es algo menor: casi un 40% no usa la tecnología. Por el contrario, la media de las pymes es muy buena. Al incluir a las medianas compañías, los datos mejoran mucho: la penetración tecnológica es del 90%.
¿Por qué los datos son tan malos en los negocios más pequeños?
Porque esos empresarios desconocen qué puede hacer la tecnología por ellos.
¿Quizá porque son empresarios de edad avanzada?
La edad influye muchísimo. Los jóvenes empresarios se plantean el uso de la tecnología como algo lógico, pero los mayores de 45 años ignoran qué tecnologías pueden aplicar en sus negocios y cómo pueden favorecerles. En Estados Unidos y en otros países más avanzados que España, la tecnología es parte intrínseca de la creación de empresas: cuando montan una, saben que necesitan mobiliario, tarjetas de visita e informática. Por el contrario, en este país incorporamos la tecnología después de montar el negocio.
¿Cuál es la necesidad tecnológica más acuciante de nuestras empresas?
La información que proporcionan las tecnologías sobre cómo está un negocio es básica. Los programas de gestión, de facturación electrónica, los que permiten conocer el stock... es decir, herramientas que mejoren la eficiencia en el día a día. El comercio eletrónico está muy bien, pero uno no se puede plantear implantarlo si no se tienen antes herramientas de control del inventario.
¿La clave del trabajo de Fudetec es estar a pie de calle?
Sin duda. Trabajamos con 24 sectores de actividad: el comercio, los hoteles, los transportes, la logística... Procuramos lanzar un mensaje y, después, hablar con los empresarios uno a uno. En España, las asociaciones sectoriales nos ayudan a difundir ese mensaje. Por eso nos empeñamos en organizar desayunos sectoriales y visitamos los pueblos, acompañados por las asociaciones y, si es posible, también con las administraciones locales. El esfuerzo entre todos es básico.
¿Usted también baja al terreno para hablar con los pequeños empresarios?
Por supuesto. Cuando entré en esta fundación éramos cuatro personas y yo tenía muy claro que ésa era la solución.
¿Disfruta con su trabajo?
No te puedes imaginar cuánto. He trabajado en multinacionales y la labor que hacemos aquí es tan enriquecedora por el impacto que tiene en la sociedad española que nos encanta. Y es fundamental que así sea, porque requiere mucho esfuerzo.
En 2009, en el acto de entrega de los premios Fudetec, comenté que, en cuatro años, los miembros de la fundación habíamos dado la vuelta al mundo tres veces en coche. Porque trabajamos con 17 comunidades autónomas. Hace unos días, mientras yo estaba en Asturias con un jefe de proyecto, otra persona visitaba Galicia y otras dos Palencia. Tenemos que bajar al terreno.