España

¿Quiénes son los políticos más influyentes y por qué?

En la imagen, Enrique Alcat, autor de 'Influye'.

Barack Obama es un buen ejemplo de político persuasivo e influyente. Personalidades como Jordi Pujol, José María Aznar y Felipe González siguen manteniendo un gran poder por la fuerza moral que les aportaron sus cargos. ¿Qué impide a Rubalcaba ser un comunicador influyente?

Para determinadas profesiones una buena comunicación e influencia es esencial. Enrique Alcat, que ha formado a más de cinco mil altos directivos y líderes de opinión en técnicas de comunicación y persuasión analiza qué políticos aprueban y cuáles necesitan mejorar.

Alcat, que acaba de publicar 'Influye' (editado por Alienta ) aúna en este libro una serie de pautas útiles para mejorar la comunicación. Entonces, ¿una persona influyente nace o se hace? Enrique Alcat asegura que "la influencia se aprende: lo más importante es tener siempre una estrategia, una hoja de ruta y no dejar nada a la improvisación". Y teniendo en cuenta que "todo es comunicación", debemos cuidar el lenguaje, la inteligencia emocional, la empatía y conocer muy bien al público al que nos dirigimos.

Sin embargo comunicar e influir no es lo mismo. No vale con ser un buen comunicador para conseguir influir en las personas, y "tenemos ejemplos en la clase política, tanto nacional como internacional". Enrique Alcat concreta más en esta entrevista:

De los políticos actuales (a nivel nacional e internacional) ¿podría poner un ejemplo de buena persuasión?

La principal forma de influir en los demás es dar ejemplo y como decía Adenauer, cuando se pierde la popularidad uno se convierte en un auténtico líder. A nadie se le escapa, por ejemplo, que Obama es un líder influyente no sólo por sus cualidades personales y profesionales, sino por pertenecer al país más influyente del mundo. Sin embargo, George W. Bush también pertenecía a ese país y su influencia resultó ser la más negativa de todos los presidentes estadounidenses por ejercer un poder no basado ni en la verdad ni en los valores éticos.

En el escenario político actual siguen teniendo una gran influencia políticos como Jordi Pujol, José María Aznar o Felipe González ya que lo que dicen tiene la fuerza moral que consiguieron cuando dejaron el poder.

Se suelen elogiar las dotes comunicativas de Obama, ¿por qué?

Está claro que Barack Obama es un excelente comunicador. Además, preparó una buena parte de su influencia a través de las redes sociales. El poder, el dinero o la fama no es suficiente para ser influyente ya que hay que preparar cada intervención y cada discurso. Obama lo hace como nadie porque siempre que comunica tiene en cuenta las técnicas más importantes para influir, como son conocer muy bien la audiencia a la que se dirige, reiterar una idea-fuerza con argumentaciones y hablar de una forma que lo entienda todo el mundo con mensajes claros y breves.

Y de los políticos a nivel nacional, ¿algún ejemplo que destaque por su buen o mal hacer?

Las comparaciones son odiosas y la clase política actual, salvo excepciones, precisa mejorar sus habilidades de comunicación. Habilidades que deben ir más lejos de hablar bien o colocar los mensajes y que no deben basarse sólo en el corto plazo o las elecciones de turno sino que deberían ser más duraderas y sólidas en el tiempo. Me cuesta encontrar un sólo político de ámbito nacional que sea un buen comunicador y que además sea influyente.

Es cierto que Alfredo Pérez Rubalcaba maneja como nadie los tiempos de la comunicación, pero su influencia real está mermada y mediatizada por el partido en el Gobierno y por la negativa influencia que ejercen algunos de los dirigentes socialistas, no tan sólo por lo que dicen o comunican, sino por lo que hacen.

¿Qué debe tener un buen líder?

La coherencia es en palabras de Alcat la palabra esencial que aúna todo lo que se necesita para comunicar e influir positivamente. "Ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace a través del lenguaje, verbal y no verbal", hablar de forma reposada, matizar, enfatizar y procurar mantener la mirada tranquila y firme siempre ayuda a una buena comunicación. Los movimientos corporales deben transmitir serenidad y tranquilidad por farragosa que sea la situación o el entorno.

Y un consejo importante. Alcat avisa: "si algo no es importante, no lo digas y no hagas perder tiempo a tu audiencia". Mejor manda un mensaje claro y sin ruido.

La influencia es la auténtica razón del liderazgo. Los líderes lo son cuando son influyentes: es decir, cuando consiguen en los demás lo que pretenden. Las palabras de Enrique Alcat llegan más lejos y destaca que se debería "influir en positivo, lo que significa tener una conducta ética y coherente entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos".

Hay que influir en positivo

Cuando la ética no está presente en el líder hablamos de manipulación. Para este especialista la ética está en cada uno o no está. "La mentira, la falta de ética o la carencia de valores tiene, a la hora de ejercer la influencia, un recorrido muy corto. Para influir hay que mirar a largo plazo y la verdad es la mejor estrategia para influir en el tiempo", asegura.

Se influye de forma positiva cuando se genera valor en los demás y aunque la influencia no se haga de forma gratuita, sino interesada, sí que es importante que todos ganen y no que gane uno a costa de hacer perder al otro. Alcat cree que influencia y comunicación van unidas así que concluye que "muchos directivos y líderes tienen que mejorar sus habilidades de comunicación para ser influyentes".

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