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Análisis: ¿Rubalcaba o Chacón? Los retos de los posibles aspirantes

El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Foto: Archivo

Ayer, el PSOE celebró la reunión más difícil de su ejecutiva, horas después del hundimiento registrado en las municipales y autonómicas del domingo -un descenso súbito de siete puntos y la pérdida de un millón y medio de votos-, obligado a enfrentarse precisamente ahora a la siempre difícil sustitución del líder, tras la renuncia de Zapatero a seguir siéndolo el pasado 2 de abril.

La renovación no es nunca tarea fácil y menos en momentos de dificultad como los actuales, y sin embargo el partido del centro-izquierda se juega su futuro en este envite: del acierto en la toma de decisiones tendentes a la sucesión dependerán los resultados que obtenga en las próximas generales, que en teoría habrían de celebrarse en marzo pero que con toda probabilidad habrán de ser anticipadas.

El aspirante, la clave

La celebración de primarias, como ha señalado el vicesecretario Blanco, no es optativa ya que la elección entre la militancia es el procedimiento estatutario para relevar al secretario general. Otra cosa es que haya o no votación, ya que lógicamente no sería necesaria si sólo hay un aspirante.

Y en este asunto se ha producido ya la polémica: un sector de la dirección socialista cree que sería intempestivo abrir ahora una confrontación interna (es la llamada doctrina Madina, porque así lo expuso el joven dirigente a la ejecutiva el lunes), en tanto otro sector, con Tomás Gómez como portavoz ocasional, sostiene que tales procesos siempre son saludables? A pesar del desastre madrileño del candidato socialista, que ha perdido abundante terreno frente a Esperanza Aguirre.

El sábado, Zapatero presentará ante el comité federal una propuesta de calendario, y probablemente entonces se desvelará la solución del enigma y la disposición de quienes son considerados potenciales candidatos, Rubalcaba y Chacón. Las opciones más verosímiles son dos: que Rubalcaba sea el único candidato, con o sin Chacón en el equipo, en un planteamiento de recuperar el ímpetu del partido con vistas a las próximas generales y aplazando para después la renovación del partido, y que se produzca una competición abierta entre las candidaturas de Rubalcaba y de Chacón.

Diferencia generacional

Esta última hipótesis tiene poco sentido por una razón de fondo: Rubalcaba (60 años el 28 de julio) pertenece a la generación anterior a Zapatero, y Chacón (40 años desde el pasado 13 de marzo), a la siguiente. Ha de ser, evidentemente, la generación de Chacón la que lleve a cabo la renovación del partido.

Por lo que el papel del experimentado Rubalcaba debería limitarse en todo caso a salvar la actual situación de emergencia, a sacar al partido del atolladero actual, derivado de la recesión económica. No sería razonable, pues, una pugna tan desequilibrada generacionalmente como la que representaría el duelo entre Rubalcaba y Chacón. Dicho de otro modo, si Chacón decide arriesgarse a solicitar el liderazgo precisamente ahora, cuando todo indica que el PSOE se encamina hacia una más que probable derrota que lastraría definitivamente el futuro de la actual ministra de Defensa, Rubalcaba debería dejarle paso.

Y al contrario: si Rubalcaba es finalmente el encargado de salgar el escollo, lo lógico sería que a posteriori pusiera los medios para ir cediendo el control y el liderazgo del partido a la generación de Chacón, lo que no habría de impedir, lógicamente que, como hasta ahora, la formación socialista sea generosamente intergeneracional.

El PSOE perdió en las municipales del domingo un millón y medio de votos pero el PP sólo subió medio millón. Con estos datos en la mano y con Rajoy como líder de la oposición, es claro que las próximas elecciones generales no están resueltas todavía.

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