
Como puntualmente ha recogido Ecodiario, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha señalado esta mañana en el Pleno del Congreso que el Gobierno se siente "muy orgulloso" de la actual TVE, y considera que la denuncia de manipulación del PP es "profundamente injusta".
Jáuregui se ha expresado en estos términos en respuesta a una pregunta del diputado del PSOE Ferran Bono, sobre la valoración que hace el Gobierno del cumplimiento de los principios de independencia y pluralidad en RTVE. RTVE ?ha concluido el ministro- es "la más veraz, independiente y plural que nunca ha tenido esta democracia".
Las críticas del PP
Como es bien conocido, el Partido Popular lleva bastante tiempo criticando la política informativa de TVE, y, recientemente, se produjo un incidente entre la secretaria general, Dolores de Cospedal, y la periodista que la entrevistaba en un programa matinal. Uno de los contertulios sacó el tema, y hubo un rifirrafe resonante que todavía colea.
Es obvio que en materia de información hay un vasto campo subjetivo porque la neutralidad real es inalcanzable. Sin embargo, en democracia es posible establecer reglas de neutralidad a los medios públicos, cuando existan (es legítima la idea de que en un sistema pluralista no tiene sentido la existencia de medios públicos, y así ocurre de hecho en muchos países).
Y en nuestro país, después de una etapa demasiado larga en que el audiovisual público estaba sometido a la arbitrariedad del poder ejecutivo, se han tomado las medias necesarias para evitar la manipulación partidaria y la parcialidad de tales medios. Como se sabe, Rodríguez Zapatero cumplió su promesa electoral de poner fin a aquella situación predemocrática y cumplió su palabra. El resultado fue la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la televisión de titularidad estatal.
Consenso entre partidos
Según dicha ley, el director del consejo de administración de RTVE debe ser elegido por el Congreso de los Diputados por una mayoría de dos tercios, es decir, por consenso de los dos grandes partidos. El actual director, Alberto Oliart, fue efectivamente nombrado en noviembre de 2009 por acuerdo expreso, directo e indubitable de Zapatero y Rajoy.
El hecho de que los dos líderes aceptasen ponerse de acuerdo para aquel fin implicaba, evidentemente, la aceptación de las reglas de juego y el pacto tácito de no seguir utilizando RTVE como herramienta de desgaste del adversario en la lucha política. Por ello no se entiende bien que el PP haya reanudado las hostilidades. ¿Quiere ello decir que Rajoy reconoce ahora su error al haber aceptado a Alberto Oliart?
Si es así, dígase claramente, pero si no lo es, habría que respetar los pactos y que aceptar que, por decencia, este país se merece unos medios públicos neutrales. Como RTVE y no como las televisiones autonómicas, por cierto.