
En el verano de 2007 comenzó la pesadilla de la crisis, y en menos de tres años ha hecho que el precio de las viviendas caiga entre un 17% y un 20% de su valor, según diferentes firmas de tasación. Precisamente, esa caída y la sequía de ventas en el sector ha dejado a este gremio casi sin trabajo. Pero también ha servido para cambiar las reglas del juego.
Hasta entonces, cuando todo se vendía y el trabajo desbordaba las oficinas, quienes las valoraban reconocen que "todo valía" y que se tasaba "casi con apenas medir los metros cuadrados".
Sin embargo, "ahora empleamos el doble de tiempo en realizar un informe de valoración de una casa", señala Isabel Segarra, tasadora de Tinsa en Madrid capital, en declaraciones recogidas por El Mundo.
Según esta experta, "antes valía con que la vivienda en cuestión se comparara con otras similares en tamaño y en ubicación", afirma.
Mucho menos trabajo... y más exigente
Esto sucedió sobre todo en el punto álgido del boom, en los años 2005 y 2006, cuando en España se tasaban más de 1,4 millones de viviendas anuales. En 2009 las tasadoras españolas, unas 40, valoraron 720.000 casas, según Atasa, la patronal que agrupa al 98% de ellas.
La escasa demanda y la voluntad del sector por contener los precios complican la ponderación de las variables, según el diario. Por eso, aunque las plantillas de las tasadoras han menguado el volumen de trabajo sigue siendo alto.
Eso sí, los métodos han cambiado notablemente. Nadie podía pensar, hace 24 meses, que gran parte del valor de tasación de una casa vivienda iba a depender tanto de simulaciones de compra telefónicas, trabajo de calle en busca de datos fiables sobre operaciones recientes y comparaciones rigurosas con viviendas realmente similares a la que está siendo objeto de la tasación.
El mercado -los precios de oferta y de operaciones cerradas- dicta su ley más que nunca, pero conseguir la información es, hoy por hoy, el trabajo más duro, más aún cuando la tasación fidedigna de una casa debe compararse, por norma, con al menos otros seis testigos o pisos comparables.