Israel procedía este miércoles a expulsar a cientos de activistas propalestinos, tras la decisión del primer ministro, Benjamin Netanyahu, de expulsar a todos los detenidos en la sangrienta intercepción de una flotilla que llevaba ayuda humanitaria a Gaza.
"Ni uno solo de los detenidos sigue en prisión", declaró a AFP el portavoz de la administración penitenciaria israelí, Yaron Zamir.
Por su parte, la portavoz de los servicios de inmigración precisó que "404 pasajeros de la flotilla esperan la partida en el aeropuerto Ben Gurion (en Tel Aviv) y 102 se dirigen hacia el aeropuerto para ser repatriados".
Unos 125 militantes más expulsados por Israel fueron trasladados a Jordania a través del puesto fronterizo del puente Allenby.
El Gobierno israelí se veía enfrentado a una fuerte presión internacional para investigar de forma "imparcial" el abordaje del lunes, que dejó nueve muertos entre los miembros de la misión y decenas de heridos, y para poner fin al bloqueo de la Franja de Gaza.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, reiteró no obstante que el Estado hebreo mantendrá el bloqueo que impuso en 2007, cuando el movimiento islamista Hamas tomó el poder en ese territorio, después de que se le desconociera su triunfo electoral en 2006.
"Abrir una vía marítima para Gaza constituiría un gran riesgo para la seguridad de nuestros conciudadanos. Por lo tanto, hay que seguir con el bloqueo marítimo", dijo el jefe de Gobierno israelí, mientras que un barco irlandés, el 'MV Rachel Corrie', está de camino hacia Gaza y se espera su llegada para principios de la semana que viene.
El Gobierno irlandés exhortó este miércoles al israelí a dejar pasar el 'MV Rachel Corrie', fletado por una organización irlandesa y que transporta a una quincena de pasajeros, incluido la premio Nobel de la Paz Mariread Maguire.
El primer ministro británico, David Cameron, consideró este miércoles "completamente inaceptable" el ataque israelí.
"Lo que sucedió es completamente inaceptable, debemos ser claros al respecto y también debemos lamentar la pérdida de vidas humanas", declaró Cameron en su primera sesión semanal de preguntas al primer ministro desde que asumió el cargo en mayo.
La opinión pública israelí está dividida sobre la apertura de una investigación. Según un sondeo publicado este miércoles por el diario Maariv, el 46,7% de las personas interrogadas dicen ser favorables a ella, y 51,6% consideran que sería inútil.
Este miércoles a primera hora de la tarde, más de la mitad de los 682 activistas originarios e los 42 países que se encontraban a bordo de los seis barcos de la 'flotilla de la libertad' habían sido expulsados.
Turquía, de donde son originarios al menos cuatro de los muertos en el asalto, fletó cuatro aviones para repatriar a unos 350 ciudadanos turcos.
Ankara amenazó este miércoles con reconsiderar sus relaciones con el Estado hebreo si sus ciudadanos no eran liberados antes del mismo miércoles por la noche.
El proceso de expulsión se aceleró tras la decisión del gabinete de seguridad israelí presidido el martes por la noche por Netanyahu de expulsar a todos los detenidos en las próximas 48 horas, es decir antes del jueves, según la radio militar israelí.
La mayoría de los Gobiernos de los países que tenían ciudadanos a bordo de la flotilla exigieron su liberación inmediata. Unos 50 extranjeros, así como seis soldados israelíes, siguen hospitalizados en Israel.
El grave incidente ha avivado además la enorme tensión que ya existía en Oriente Medio.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, calificó este miércoles de "terrorismo de Estado" el asalto israelí contra la flotilla y dijo que instaría al presidente estadounidense, Barack Obama, a tomar "decisiones valientes para cambiar la faz" de Medio Oriente.
Abas recibe este miércoles al emisario estadounidense George Mitchell, antes de su entrevista con Obama en la Casa Blanca el 9 de junio.
El asalto del lunes desató la ira de Turquía -la mayoría de los activistas eran turcos- y un alud de críticas internacionales.
Israel, que ya había advertido que no permitiría que se violara el bloqueo, acusó a los militantes propalestinos de haber "desencadenado la violencia", al atacar a los soldados con cuchillos y barras de hierro. Pero los organizadores del convoy aseguraron que los comandos abrieron fuego de forma injustificada.
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