
Un palacete en una céntrica plaza de Ciudadela, en Menorca; una farmacia de estilo modernista en la zona más exclusiva de la localidad; pisos, fincas... un patrimonio que podría superar los 20 millones de euros sólo en inmuebles.
Y cerca de otros 10 millones más en títulos de bolsa y demás activos financieros. La mitad de todo ello constituye la herencia que los Príncipes de Asturias y los ocho nietos del Rey han recibido del empresario Juan Ignacio Balada Llabrés, la mayor fortuna de esta isla balear, recientemente fallecido.
Lo anterior representa una suma que casi duplica la asignación anual del Rey (más de ocho millones). La otra mitad irá a una fundación para obras sociales, que Don Felipe deberá constituir, según recoge el testamento. Hijo único del empresario Ramón Balada y Catalina Llabrés, una conocida farmacéutica de Baleares, Juan Ignacio, monárquico convencido,murió el pasado 18 de noviembre, soltero y sin hijos.
La cuantía de los bienes donados
La Casa Real ha asegurado desconocer por ahora la cuantía de los bienes donados, su valoración, su naturaleza y si hay familiares que deseen reclamar derechos en relación con ellos, por lo que los Príncipes siguen a la espera de que el albacea se ponga en contacto con los familiares del empresario fallecido y proporcione más información sobre la situación concreta de este patrimonio.
Hace unos días, la Casa Real confirmó, en cualquier caso, que los Príncipes "han decidido destinar la parte que les pueda corresponder a fines de interés general y social". Otra cosa será la parte de la herencia que va a parar a los ocho nietos de los Reyes, que deberá ser administrada por tutores, quedando sujeta a vía judicial.
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