El incendio que ha arrasado gran parte de la Sierra de la Cabrera, en Almería, el más grande del año, ya está controlado pero hay varios focos que continúan ardiendo. El fuego, que en algunos momentos se acercó a las viviendas, ha devastado más de 4.000 hectáreas de matorral.
El fuerte viento avivó las llamas y en poco tiempo se hizo incontrolable. Unos 500 vecinos tuvieron que ser desalojados pero ya han podido regresar a sus casas. Ayer por la tarde, ante la virulencia del fuego, acudieron la Unidad Militar de Emergencias, la Guardia Civil y más equipos sanitarios.
El fuego, iniciado al parecer a causa de un rayo, ha podido ser controlado gracias a que el viento que alimentó las llamas en un principio remitió.
El primer gran incendio del verano
La Consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Cinta Castillo, ha explicado que han coincidido una serie de circunstancias incluidas en la máxima alerta contra incendios que han dificultado la extinción: temperaturas de más de 40 grados, viento y zonas afectadas absolutamente inaccesibles porque un rayo fue al parecer el responsable del inicio del fuego.
El centenar de efectivos que trabajan en la extinción en tierra ha contado con la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias, además de con 13 helicópteros, siete aviones de carga, cuatro aviones anfibios y un aparato de vigilancia, según un portavoz de Medio Ambiente.
El primer gran incendio del verano se produjo el mismo día que la organización ecologista Adena publicó su "Incendiómetro" en el que, basándose en 21 variables como la gestión forestal o la frecuencia y tamaño de los incendios, clasifica a las comunidades autónomas por su vulnerabilidad a los fuegos.