El director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz ha dejado el cargo. La polémica por la utilización de bienes públicos para fines privados le ha pasado factura. Así, el que fuera jefe del Estado Mayor de la Defensa entre 2004 y 2008 y hasta ahora alto representante para la Presidencia española de la Unión Europea, Félix Sanz Roldán, podría ser el elegido nuevo director del Centro. Lea aquí el comunicado íntegro de Alberto Saiz
La designación de Roldán como nuevo jefe del servicio se produciría justo después de la dimisión de Alberto Saiz del cargo, al parecer, por presiones internas desde el propio Centro y del gobierno. Las acusaciones contra el propio Saiz sobre la presunta utilización de fondos públicos para fines privados han forzado finalmente su salida.
Alberto Saiz, quien hoy ha presentado su dimisión como máximo responsable del CNI al presidente del Gobierno, justifica su decisión porque de continuar podría acabar perjudicando la imagen del Gobierno de España, al "que ha servido lealmente".
Asimismo, ha indicado que su dimisión ayudará a evitar un posible deterioro del funcionamiento del Centro Nacional de Inteligencia, "una cuestión que por responsabilidad con la Institución y sus trabajadores y por su compromiso con la seguridad de los españoles no puede permitirse".
Asimismo, reitera la "falsedad de las acusaciones de las que ha sido objeto en los últimos meses", subrayando que ha actuado con total transparencia.
Las facturas que no justifican
La documentación aportada por el director general apenas justifican los gastos de los que se le han acusado estos días. Al parecer, y de la información aportada, el CNI abonó 38.000 euros para su vivienda no relacionada con la seguridad, y que luego devolvió él con cheques bancarios. Sin embargo, los gastos en viajes de caza y pesca no están justificados.
Diversos cargos del Gobierno han mostrado su confianza en Saiz. El último miembro del Ejecutivo en hacerlo fue la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que reconoció que el Ejecutivo cree que "no es bueno" que el trabajo y el papel de los servicios secretos españoles "se esté cuestionando de forma continuada", aunque aseguró que el Gobierno siempre escoge a las personas "más convenientes y más oportunas" para desempeñar un puesto de responsabilidad.