Las islas Baleares son, desde hace muchos años, uno de los destinos de vacaciones preferidos por turistas nacionales y extranjeros procedentes de diversos lugares del mundo atraídos por el buen clima, la belleza de sus paisajes, su riqueza gastronómica y el amplio número de monumentos y lugares de interés cultural que visitar.
Sin embargo, hasta hace poco más de dos años, no existía ningún tipo de interconexión eléctrica con la Península que solucionara el problema del aislamiento energético que venían padeciendo.
Consciente de esta situación, Red Eléctrica de España puso en marcha el proyecto Rómulo, la primera interconexión submarina de transporte que enlaza la isla de Mallorca con la Península Ibérica y que entraba en servicio en agosto de 2012.
Actualmente, y con el objetivo de reforzar este enlace, REE ha puesto en marcha la segunda parte del proyecto Rómulo -Rómulo 2-, que consiste en el tendido de un cable submarino para la interconexión eléctrica entre las islas de Ibiza y Mallorca.
Gracias a este nuevo enlace el sistema eléctrico balear gozará de una serie de beneficios. Por una parte, reducirá sus costes de generación; por otra, mejorará la seguridad de suministro uniendo los dos sistemas eléctricos existentes (Mallorca-Menorca e Ibiza-Formentera), de manera que el conjunto de las islas quedará conectado con la península.
La compañía presidida por José Folgado invertirá un total de 225 millones de euros en este proyecto, gracias al que se conseguirán unos ahorros estimados en unos 33 millones de euros.
El enlace, que entrará en servicio en período de pruebas en 2015, permitirá ahorrar costes en el sistema eléctrico balear, dada la menor necesidad de generación y del uso de fuentes técnica y económicamente más eficientes y menos contaminantes.
El proyecto más largo del mundo
Por sus características se trata de un proyecto pionero que, además, supone un importante reto tecnológico, ya que la interconexión eléctrica entre ambas islas se realizará mediante un doble enlace submarino de 132 kilovoltios en corriente alterna que constará de dos cables tripolares con fibra óptica integrada. El tramo submarino del enlace será de 118 kilómetros de longitud, lo que le confiere el título de más largo del mundo en corriente alterna y también el de más profundo dentro de su categoría, ya que discurrirá por fondos que alcanzarán una profundidad de hasta 800 metros.
Los trazados terrestres del enlace, tanto en la isla de Ibiza como en la de Mallorca, estarán soterrados. Concretamente en Ibiza, los 5 kilómetros del trazado discurrirán desde Talamanca hasta la subestación de Torrent, en el término municipal de Santa Eulalia del Río. En el caso de Mallorca, los 3 kilómetros del trazado irán desde la subestación de Santa Ponça hasta el punto de entrada del enlace en la Bahía de Santa Ponça, aprovechando el trazado anterior del enlace Mallorca-Península. Si unimos los 118 kilómetros de la parte submarina, con los 8 kilómetros de la parte terrestre, la interconexión eléctrica tendrá una longitud total de 126 kilómetros.
Tendido y monitorización
Red Eléctrica completó el pasado 18 de diciembre en la Bahía de Santa Ponça el tendido en los dos extremos costeros del enlace submarino de interconexión eléctrica. El barco chipriota Atalanti efectuó las labores del tendido del segundo de los dos cables submarinos del enlace, iniciado el pasado día 15 en la Bahía de Talamanca. Los trabajos desarrollados por el Atalanti completan los ya efectuados por el barco noruego Skagerrak, a cargo del tendido del primer cable de la interconexión, iniciado el 27 de noviembre en Talamanca y finalizado el 8 de diciembre en Santa Ponça.
Estos barcos, únicos en el mundo y especializados en tareas de tendido submarino, disponen de equipos de posicionamiento dinámico para seguir exactamente las trayectorias establecidas en el trazado de los cables y están dotados de propulsores que les permiten permanecer inmóviles para realizar los trabajos de colocación de dichos cables con la máxima precisión.
Para el correcto posicionamiento de los cables en el lecho marino se realiza una monitorización continua mediante un vehículo dirigido por control remoto. En fondos arenosos se emplea la técnica jetting utilizando un vehículo submarino que va soterrando los cables mediante chorros de agua a presión. En zonas rocosas o con escasa capa de arena se emplea la técnica de trenching, que utiliza una excavadora submarina con cuchillas rotatorias para la apertura de una zanja. El material extraído se introduce en geoboxes y, una vez finalizada la obra, se cubre la zanja con sacos biodegradables.
El enlace consta de dos cables tripolares con fibra óptica integrada. Uno de los cables se tiende con dos empalmes mientras que el otro se instala en una única longitud, sin empalmes intermedios.
Medidas ambientales
Red Eléctrica ha buscado en todo momento la conservación del patrimonio natural de la zona. Para ello, ha planificado un conjunto de medidas ambientales con el objetivo de minimizarlos efectos de la nueva infraestructura en el entorno y en el que ha invertido 2,2 millones de euros. Destacan:
- Localización e inventario previo de ejemplares de nacra ?molusco bivalvo en peligro de extinción? que son trasladados a emplazamientos de características hidrodinámicas similares.
- Protocolo de actuación en caso de avistamiento de cetáceos. Estas medidas se extienden a especies protegidas como la tortuga mora.
- En zonas próximas a la costa se realizan perforaciones dirigidas en microtúneles para albergarlos cables con el fin de minimizar la afección a la posidonia ?planta acuática típica de la zona? y a las playas y que, una vez finalizada la obra, quedarán restauradas.
- Estudio del patrimonio cultural que ha constatado la inexistencia de cualquier resto arqueológico o paleontológico en su trazado marino. En las obras en tierra se realiza un seguimiento supervisado por un arqueólogo.
Artículo incluido en la última edición de la revista elEconomista Energía. Suscríbete gratis