La llegada de Matteo Renzi al Ejecutivo italiano ha supuesto todo un tsunami para Enel, donde cuenta con más del 31 por ciento del capital. Además de cambiar a la cúpula de esta compañía, también ha limitado el sueldo de la nueva presidenta, Patrizia Grieco, a un máximo de 280.000 euros brutos anuales, incluyendo la participación en consejos de administración. Esta política de austeridad ha abierto el debate sobre si los ajustres llegarán a las compañías participadas, como Endesa, ya que los cambios se tendrían que afrontar antes de octubre de este año.
Sin embargo, hay que tener en cuenta las diferencias entre una empresa puramente estatal como es Enel y la estructura de Endesa, que funciona como una empresa cien por cien privada. La parte negativa de este ajuste se centra en que una medida así puede suponer una descapitalización de la empresa, con la consiguiente fuga de directivos.
Además, aún está pendiente que el candidato a ocupar el puesto de consejero delegado de Enel, Francesco Starace, tome posesión de su cargo el próximo día 22 de mayo en la junta de accionistas y tendrá que ser él quien decida y apruebe, en su caso, la drástica bajada de sueldos al presidente de la eléctrica española, Borja Prado, quien cobró el pasado año 2,3 millones de euros, un 5% más que en 2012.
Sin embargo, los datos no son comparables de un año a otro, ya que el pasado año el directivo recibió la compensación por el plan de fidelización trianual, al igual que el resto de empleados.
Si no se tiene en cuenta este Plan, la retribución variable tanto de Prado como del consejero delegado del grupo, Andrea Brentan, hubiera bajado un 30 por ciento, mientras que la del resto de empleados ha caído un 20 por ciento, según las mismas fuentes.
Descontando esta cantidad extraordinaria percibida en 2013, el presidente de Endesa habría obtenido una remuneración (fijo más variable) de 1,72 millones de euros, en comparación con los 2,24 millones de euros de 2013, lo que supone un 23,2 por ciento menos.
En cualquier caso, esta cantidad supone siete veces más que el tope que ahora ha impuesto Renzi no sólo para Enel -donde el Estado transalpino cuenta con más de 31 por ciento del capital-, sino también para ENI, Finmeccanica y Correos. En caso de que la política de austeridad llegue a las participadas, también se verá afectada la filial Enel Green Power, así como al conglomerado de Latinoamérica.
Starace ya ha anunciado su intención de vender activos no estratégicos, como en Europa del Este, con el objetivo de reducir deuda. La compañía cree que en 2015 comenzará una nueva etapa y a partir de 2016 el grupo remontará sus resultados. En el nuevo Plan Estratégico, se afronta un recorte inversor, sobre todo en España respecto a la anterior hoja de ruta, y se centrará en el mantenimiento y en las instalaciones rentables, mientras que se reducirán en las instalaciones consideradas marginales.