
Madrid, 12 dic (EFE).- El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, ha destacado hoy la necesidad de vigilar los precios de la energía porque "lo que nos estamos jugando es la supervivencia de la economía española y muy especialmente del sector industrial".
Durante la presentación del World Energy Outlook 2013, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Nadal ha subrayado que "es la industria exportadora la que nos está sacando de la recesión", lo que la convierte en un sector "crítico" que precisa una "energía competitiva".
Asimismo, ha apuntado que la "velocidad" de salida de la crisis dependerá de esa competitividad de la energía.
Con respecto a la reforma energética, el secretario de Estado ha señalado que el objetivo es establecer "mecanismos de mercado en la medida de lo posible para que los agentes tomen sus decisiones", por ejemplo, a través del fomento de mecanismos de eficiencia para futuros desarrollos de renovables.
A nivel europeo, ha pedido "flexibilidad" para que cada país cumpla sus objetivos medioambientales en función de sus capacidades -por ejemplo, mediante renovables o eficiencia energética-, en lugar de establecer unos criterio concretos e iguales para todos que penalizan la competitividad.
Ha reconocido la importancia de preservar el control de las emisiones de CO2, pero ha señalado que el hecho de que Europa intente "sustituir al resto del mundo es literalmente imposible", ya que dañaría su tejido productivo.
El economista jefe de la AIE, Fatih Birol, ha señalado que la agencia prevé que el incremento de la demanda energética de los próximos años provenga de China e India, al mismo tiempo que se va a registrar un "cambio de roles" en el mercado de hidrocarburos tras los recientes descubrimientos exploratorios en los Estados Unidos y, en menor medida, en Brasil.
Birol también ha recordado que los precios de la energía suponen el coste más importante para la industria pesada, lo que lastra su competitividad, y en ese sentido ha considerado que mientras los Estados Unidos y los países emergentes serán los "ganadores", Europa y Japón serán "perdedores".