El Gobierno está estudiando permitir a las eléctricas hibernar ciclos combinados de gas natural y puede acompañar esta medida también con algunas tecnologías renovables consideradas caras y no gestionables, como por ejemplo, la termosolar o la fotovoltaica, tal y como adelantó elEconomista.
La medida que se está analizando y que podría incluirse en la próxima reforma energética tiene como objetivo permitir a las eléctricas que dejen de perder dinero con este tipo de centrales ya que las horas de producción que mantienen son mucho menores de lo previsto en un principio. Según fuentes consultadas por este diario, se indicó que la posibilidad de acudir a este tipo de subastas podría limitarse a aquellas centrales que hayan dejado de percibir los pagos por capacidad, pero el modelo todavía no está definido.
En estos momentos, la opción de hibernación no se permite en la legislación española, pero los técnicos están estudiando casos parecidos como por ejemplo el de Alemania, que atraviesa una situación similar por el fuerte crecimiento de las plantas de gas y las renovables.
El Ejecutivo alemán ya ha dado pasos adelante en este tipo de medidas y tiene diseñadas dos vías para poder llevar a buen puerto este tipo de medidas ( ver gráfico) y que en la práctica están cerrando ya algunos acuerdos.
En Alemanía, las centrales podrán anunciar el cierre definitivo o provisional. En todos los casos tendrá que realizarse un análisis por parte del gestor técnico del sistema -hay cuatro mientras que en España únicamente está REE- y en caso afirmativo obligará a parar la central en un plazo máximo de un año recibiendo una indemnización variable que puede estar ligada a los costes de disponibilidad y de producción. Para poder volver a operar, habrá que esperar 5 años.
Alemania ha planteado tambien una reserva de red para las instalaciones y permite incluso una excepción para nuevas plantas necesarias por si no hubiera ofertas del sector.
El gestor de la red tiene que publicar los requisitos concretos y los titulares de las centrales declarar su interés por acogerse a este sistema y firmar un contrato.
La eléctrica alemana E.ON, propietaria de los ciclos combinados de Irsching 4 y 5, llegó en abril a un acuerdo con Tennet, uno de los gestores de la red de transporte, para no cerrar estas unidades de gas en los próximos tres años, puesto que las consideran necesarias para asegurar la estabilidad de la red y el suministro. La compañía recibirá el coste fijo de dichas centrales eléctricas. El acuerdo se ha firmado en estrecha cooperación con la Agencia Federal de Redes (BNetzA). La decisión de BNetzA de que los costes fijos se paguen a las centrales eléctricas que funcionan más de 10 por ciento del tiempo de la demanda de los operadores de transporte supone unos mayores ahorros que el cierre de las dos unidades para los consumidores de electricidad.
El gestor se reserva también la capacidad de poder hacer instalaciones en los nudos en que pudiera ser necesario si las compañías no las construyeran y poder recuperar después la inversión con una venta no discriminatoria que debería servir como un beneficio para los peajes de la red.
La entrada cada vez mayor de las renovables, en particular la eólica y solar, ha puesto una enorme presión sobre los tendidos. Se necesita suficiente energía de carga base para estabilizarla y garantizar la seguridad del suministro, en particular por el ritmo de crecimiento de las plantas de energía renovable.
"No puede ser que año tras año se gaste más dinero en energías renovables, mientras que los operadores se quedan con el coste de las centrales relevantes del sistema y se ven obligados a seguir operando en condiciones no rentables", dijo Johannes Teyssen, consjeero delegado de E.ON, el pasado mes de marzo en declaraciones a Reuters.
La compañía alemana también dijo que iba a explotar las enormes actividades globales de comercio de carbón, puesto que el mineral está experimentando una fuerte rebaja de precio en Estados Unidos debido al aumento de la presencia del shale gas, y de los arbitrajes que permite el GNL. Algunas compañías españolas están siguiendo tambien esta estrategia para intentar minimizar las pérdidas de sus centrales de gas natural.