El sector siderúrgico es la mayor industria recicladora de España. De hecho, este mercado es capaz de reutilizar el 100 por ciento de los residuos de acero que se generan en este país, e incluso importa chatarra de los estados vecinos. Todo ello para lograr que el 75 por ciento de su producción se elabore a través de acero reciclado.
Estas cifras no solo sitúan a este sector como líder del reciclaje en España, sino que elevan a la industria española del acero entre las tres potencias más sostenibles de Europa, por debajo de Alemania e Italia y a la par de Francia.
Sólo en 2012, las 21 acerías españolas reciclaron un total de 11,2 millones de toneladas de acero, según explica Santiago Oliver, director de medio ambiente de la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid). Una tasa de reciclaje que sitúa a España muy por encima de la marca europea y mundial, que registran una media de reciclaje sobre la producción total del 43 por ciento y del 29 por ciento, respectivamente.
"Desde los años 70 el sector se puso las pilas para ser menos contaminante", indica Oliver, y los resultados son evidentes. Por cada tonelada de acero que se recicla, la industria siderúrgica española ahorra alrededor de una tonelada y media de mineral de hierro, además de un 85 por ciento de agua, un 80 por ciento de energía y un 95 por ciento de carbón.
Para que todo esto sea posible la industria siderúrgica ha tenido que acometer año tras año fuertes inversiones. En 2012 el sector invirtió unos 293 millones sólo para mejorar sus instalaciones y la tecnología de sus acerías . "A esta cifra hay que sumarle unos siete euros por tonelada producida, que están destinados a temas ambientales", explica Oliver.
Estos avances han permitido que el sector tenga la capacidad de "garantizar el reciclaje de toda la chatarra que está disponible para ser reciclada", de hecho "el año pasado tuvimos que importar más de 4,3 millones de toneladas de residuo férrico", añade Oliver.
Además de destacar por la elevada tasa de reutilización, España se diferencia del resto de países por haber desarrollado un sistema de detección radiactiva pionero en todo el mundo. "Hay que tener cuidado con los productos que llegan a las plantas, ya que puede haber objetos peligrosos, como bombonas de butano que no están vacías del todo o material militar", explica Oliver, que asegura que el 100 por ciento de la producción se realiza bajo sistemas de gestión medioambiental certificados.
Exportar para sobrevivir
La situación del sector en los últimos años ha ido empeorando, al menos a nivel interno, entre otros motivos por la estrecha relación que le une al mercado de la construcción, que ocupa el 49 por ciento del acero producido. De este modo, el estallido de la 'burbuja' inmobiliaria ha afectado sin duda al consumo aparente de acero, que ha bajado un 55 por ciento respecto al pico que se alcanzó en el año 2006.
La exportación ha sido el punto de escape de esta industria, que en 2012 vendió al exterior el 71 por ciento de la producción, por un valor de 8.000 millones, generando un saldo comercial positivo para España en 2.100 millones, frente a los 1.420 millones logrados en 2011.
Para esta industria, que se revela como el primer consumidor de energía eléctrica, el precio de la luz es uno de sus grandes retos a batir.
Así lo explica el director general de Unesid, Andrés Barceló, que además de reclamar que desaparezcan las barreras del proteccionismo, asegura que su "problema con la energía es la regulación de los precios industriales".
"Nosotros aportamos a la gestión de la energía dos cosas muy importantes, como son la modulación y la interrumpibilidad, pero para eso se han hecho inversiones más que cuantiosas", indica Barceló; sin embargo, asegura que a cambio se han encontrado "con una regulación eléctrica que parece que se olvida de que la industria necesita precios competitivos".