Energía

Alan García inaugura la planta de licuefacción de gas más cara de Perú

Lima, 10 jun (EFE).- El presidente peruano, Alan García, inauguró hoy la planta Pampa Melchorita de licuefacción de gas, la más cara de la historia del Perú, y que permitirá exportar gas al exterior, si bien aún no hay fecha para los primeros envíos.

Melchorita, en la costa del Pacífico, 170 kilómetros al sur de Lima, ha supuesto una inversión récord de 3.800 millones de dólares por el consorcio Perú LNG, que lidera la compañía Hunt Oil y donde la española Repsol, cuyo presidente, Antoni Brufau, estuvo entre los invitados, tiene un 20 por ciento de acciones.

El proyecto Melchorita comprende la propia planta de licuefacción, un gasoducto de 408 kilómetros de largo desde los yacimientos de Camisea, al sureste de Perú, y una terminal marítima de 1,5 kilómetros.

En los próximos 18 años hay comprometidos para la exportación 4,2 trillones de pies cúbicos (medida americana, que es la utilizada en el mercado del gas), lo que va a demandar una inversión de 7.000 millones de dólares en los próximos tres años en industrias vinculadas al gas.

El Partido Nacionalista Peruano va a presentar hoy una denuncia constitucional contra el ministro de Energía, Pedro Sánchez, por permitir el comienzo de las exportaciones de gas de Camisea a México cuando aún no está satisfecha la demanda interna en el país.

La legisladora nacionalista Marisol Espinoza afirmó que el ministro, al igual que el presidente García están "traicionando a la patria, pues no se está garantizando el gas para los peruanos, y se prefiere regalar a precios ínfimos a otros países".

No es el único movimiento contrario a la exportación gasística, ya que cuatro "frentes de defensa" de sendas regiones del sur del país (Arequipa, Moquegua, Puno y Cuzco) han convocado dos jornadas de paro, el 17 y 18 de junio, en protesta por la venta del gas peruano.

La controversia es debida a la polémica sobre el volumen de gas existente en el rico yacimiento de Camisea, en la región sureña de Cuzco, en particular por las diferentes interpretaciones sobre las "reservas probadas" de gas, sobre las que discrepan incluso los economistas.

Ante estos temores, Alan García dijo una y otra vez en la ceremonia que no hay el menor problema de desabastecimiento: "hay suficiente gas para alimentar el mercado nacional por los próximos decenios, y además alimentar al mercado mundial".

El presidente subrayó las "certezas científicas" sobre las reservas, y recordó que el mercado interno hasta el momento solo ha consumido 0,3 trillones de pies cúbicos, lo cual es una cantidad mínima ante los "15 trillones o más ya comprobados en el Perú".

Además, el jefe de Estado recordó que Perú por sí solo no habría podido sacar adelante la planta de Melchorita, lo que justifica la llamada a inversores extranjeros y los consecuentes compromisos de exportación.

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