
La European Securities and Markets Authority (ESMA) ha enviado ya a la Comisión Europea sus recomendaciones para hacer frente a la falta de liquidez que se está produciendo en los mercados de derivados energéticos y que podrían derivar en un incremento del riesgo de quiebra para los operadores y un mayor aumento de precios.
En una carta remitida por la presidenta de ESMA, Verena Ross, al director general de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, John Berrigan, se alerta a la Comisión Europea que en las medidas que se adopten se deberán evaluar cuidadosamente para evitar transferir el riesgo del sector energético al sector financiero, al tiempo que recuerda que las lecciones aprendidas en la pasada crisis financiera han permitido ahora estar mejor preparados.
Ross asegura que desde ESMA "seguiremos cooperando estrechamente para contrarrestar posibles amenazas a la integridad del mercado y asegurar que cualquier señal potencial de manipulación del mercado sea investigada", pero la situación ha llegado a un nivel de riesgo de tal calibre que se ha convocado un Consejo Europeo para el próximo 4 de octubre en el que se quiere abordar estos riesgos y tomar medidas.
Entre las propuestas planteadas por ESMA figuran poner en marcha un nuevo mecanismo que permita interrumpir la negociación. Los parámetros de dicho mecanismo deberían establecerse a nivel de la UE y aplicarse a todos los centros de negociación de derivados energéticos. Las paradas tendrían un periodo de tiempo limitado y en circunstancias excepcionales, por ejemplo, en caso de picos extremos de volatilidad que pudieran dar lugar a condiciones de negociación desordenadas. En opinión de ESMA, esta medida apoyaría un proceso de formación de precios más ordenado, ya que daría más tiempo a los participantes a procesar el flujo de información en situaciones extremas de tensión.
ESMA asegura además que no ha observado un cambio de mercado regulados a OTC -menos transparentes- pese a lo mayores requerimientos de liquidez pero recomienda la ampliación de los activos que se pueden considerar como colaterales. Para ello, asegura que se puede abrir un proceso de estudio junto con la European Banking Authority (EBA), pero debe ser limitado en el tiempo y sujeto a condiciones muy rigurosas para evitar que se pudiera extender el riesgo.
ESMA urge también a aumentar el umbral de compensación de materias primas en 1.000 millones de euros, situándolo en 4.000 millones, un extremo que la Comisión ya está poniendo en marcha y que el organismo pide que se acelere.
Asimismo, reclaman una mayor supervisión de los contratos en el mercado OTC independientemente del país de las entidades y eliminar la exención de informar de transacciones celebradas entre dos filiales de un mismo grupo no financiero, cuando al menos una de las entidades cuando al menos una de las entidades es no financiera, debería eliminarse. ESMA recomienda también que los traders de materias primas sean considerados como entidades financieras.