¿Qué estructura de discurso le gusta a usted más utilizar?
Aquella que empieza dibujando y creando primero el discurso en mi cabeza, seleccionando las ideas que van a formar parte de él y eligiendo el orden en el que van a ir dispuestas (como un puzzle). Luego dejo que madure y lo mejoro a partir del estilo y fortalezas del orador que lo va a declamar y el contexto donde se desarrollará dicho discurso.
¿Qué discurso le ha gustado de los últimos que ha oído o leído? ¿Se puede saber quién lo escribió o declamó?
Uno del director musical Riccardo Muti, cuando recogía un premio al músico del año. En apenas diez minutos desgranó, con la humildad necesaria y la pasión requerida, los motivos por los que considera que ser director musical es la profesión más compleja. No tiene desperdicio. Y con la dosis de humor indispensable para conectar con la audiencia y que se vaya satisfecha tras haber pasado un rato entretenida. Lo recomiendo.
¿Considera que las y los políticos de referencia en España tienen buen nivel de oratoria?
En general no, y eso me preocupa. No tienen porqué ser expertos en comunicación cuando llegan a la política pero sí deben ponerse en manos de expertos que les entrenen, les formen y les diga cómo pronunciar sus discursos y cómo hacer sus mensajes más creíbles, convincentes y, sobre todo, queridos.
Del panorama político español, ¿a quién ve usted con más capacidades dialécticas?
Rubalcaba, Esperanza Aguirre y Albert Rivera, cada uno con unas fortalezas diferentes pero muy trabajadas.
¿Qué consejos básicos sobre oratoria y discurso daría usted a un principiante?
Primero que halle su estilo, lo defina y lo potencie (fortalezas y debilidades, introvertido o extrovertido, voz aguda o grave, expresivo o apocado). Que lea muchos discursos (los clásicos, como Cicerón, Quintiliano o Demóstenes siempre en la mesilla de noche) de diferentes líderes, que escriba (y ensaye) y sobre todo que practique, practique y practique cada vez que tenga oportunidad de hablar en público. La oratoria es una herramienta vivencial. Se aplica para cada contexto comunicativo en el que vivimos. Y algo muy importante: el discurso no es una parte de la intervención pública. ¡Es el todo de la intervención pública! En él debe estar anotado todo lo que puede suceder (y lo que no) en nuestra intervención.
¿Cuáles son los puntos básicos a seguir a la hora de redactar un discurso?
Tener claro el mensaje central que vas a comunicar, qué quieres conseguir de la audiencia (y cuáles son sus necesidades y motivaciones, es decir, saber todo de ella), crearlo y dibujarlo primero en tu cabeza y asumirlo e interiorizarlo para darle las dosis de pasión que necesita y ser transmitido por ende con eficacia.
Hola, ¿sería bueno o incluso necesario que las universidades españolas contarán con un servicio financiado que de apoyo a los equipos de debate de los diferentes centros o de la propia universidad, es decir, con un técnico que organizase los eventos a participar y que gestionase los posibles cursos y competiciones? Un saludo.
Sería necesario, muy recomendable. En Estados Unidos o Reino Unido así sucede y de sus clubes o sociedades de debate salen los líderes que, a los pocos años, formarán la élite política y empresarial del país. Hay que concienciarse de la importancia que, para la propia marca de la universidad, supone que un presidente de autonomía o del gobierno, un ministro o líder empresarial haya pasado por su sociedad de debate.
¿Qué papel le da usted a la comunicación no verbal a la hora de digirise al público? ¿Algún consejo?
Le doy una importancia esencial, trascendente. Hay que tener muy en cuenta que el 65% de una conversación tiene componente no verbal en dicha comunicación. El rostro, las manos, el cuerpo acompañan al mensaje y lo refuerzan, lo pueden hacer más poderoso y creíble. Pero el público siempre hará más caso a las expresiones faciales o gestuales que al propio mensaje. Decía Oscar Wilde que no hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión. Y esta siempre viene determinada por la imagen que se hace el auditorio de nuestra persona. Por ello, seduzcamos con nuestra sonrisa, convenzamos con nuestra firmeza en voz y ritmo y seamos persuasivos con argumentos racionales y emocionales. El trabajo frente al espejo, la práctica cotidiana (perseverancia) y el buen entrenamiento son elementos que harán más fácil y llevadero tu camino.
Estoy interesada en el papel de la mujer dentro del liderazgo. Quisiera preguntarle si hay rasgos que se puedan considerar femeninos dentro de la elaboración de un discurso, y si hay maneras de potenciarlos.
La mujer es más sincera cuando se ríe. Sabe dominar mejor los silencios porque potencia más el factor escucha que el hombre. Y economiza mejor las palabras. Por tanto, economiza mejor la atención del público. Me gusta trabajar con mujeres porque tienen un potencial persuasivo infinito.
¿Qué elementos definen un discurso persuasivo?
Conexión emocional con el oyente (estableciendo un nexo de unión con él a través del conocimiento de sus necesidades y motivaciones), repetición de la idea central en las partes clave de la intervención, y entonación (la música determina la letra del discurso), porque es esencial para captar el interés e identificar los momentos clave del discurso (voz y ritmo, ritmo y voz).
¿Qué carencias tienen que pulir a día de hoy los jóvenes para convertirse en referentes serios de debate?
Dependería de cada joven, cuál es su punto de partida. No hay dos entrenamientos y formaciones iguales. Si tienes interés, escríbenos a La Fábrica de Discursos y te ampliaremos detalles.
Mi pregunta es cómo conseguir articular un discurso poderoso y persuasivo ante un público que lo que principalmente busca no es contenido, sino acción en la que se quiere sentir protagonista y para ello quiere cambiar lo que hay, aunque lo que hay sabes (por su forma de pensar) que es lo que más les satisface, que es solo un problema de sentirse partícipes.
Construye un relato en el que ellos sean los protagonistas a través de historias reales o verosímiles, que enlacen con el tema a transmitir y con un mensaje definido. Y que sean ellos los que terminen la historia, el relato, que sean quienes hagan las propuestas, no lleves el peso de la intervención, constrúyela a través de la escucha y el acercamiento a sus intereses. Que noten que les aprecias.
¿Queda algo de oratoria persuasiva en los debates del Congreso de los Diputados? Hago especial hincapié en el debate pre votación de la modificación de la constitución del viernes. ¿Qué debe cambiar los políticos en sus discursos?
Queda poco, o nada. Asistimos a una época en la que nuestros líderes políticos han descuidado su oratoria y por ello sus discursos son cada vez más pobres. Hay excepciones y puedo afirmar que en la base de los partidos (e incluso algunos rostros conocidos de la clase política) existe un alto nivel discursivo y comunicativo. Pero aún estamos lejos del nivel que mostró la última generación de grandes oradores, situada en la Transición.
Y, en mi opinión, deben cambiar su concepción de quién le escucha. Deben tratar a los ciudadanos como individuos y no como votantes coyunturales. Atenderlos siempre para que le entiendan continuamente. Alumbrarles no con el flash retórico habitual, sino con una sinceridad en las expresiones y una naturalidad en los gestos que haga creíble lo que dicen. Los políticos deben saber que, antes que su profesión (políticos), está su condición (ciudadanos). Por ello, deben prevalecer en sus discursos las ideas, los principios, los valores. Es decir, mensaje, mensaje mensaje.
Además de la pedagogía, la imagen y la práctica en la oratoria, ¿cuál es el factor que usted considera más importante a la hora de transmitir confianza y seguridad en los mensajes?¿Es realmente tan importante el ataque a los adversarios para defender los posicionamientos de uno mismo?
Si tu discurso es constructivo y no destructivo, es proactivo y no reactivo y sabes incluso coger los argumentos solventes del contrario y hacerlos tuyo reforzándolos (técnica del judoka), podrás ganar cualquier debate y hacer creíble el mensaje. Sé sincero, sé honesto, sé sencillo y habla de lo que sabes, que te vean como una autoridad y no como una persona que habla porque está en posición de autoridad. La diferencia es sutil pero decisiva. Y proyecta siempre lo que dices con naturalidad, porque así la percepción de quien te escucha será de confianza.
Nos podría dar algún consejo o alguna serie de pautas a seguir, para los estudiantes que nos enfrentamos a nuestros primeros discursos y los nervios pueden con nostros.
Hay tres tipos de nervios: a) los del desconocimiento: por ello lleva siempre muy, muy preparado el tema; b) los de la desconfianza: para ello visualiza el éxito de tu intervención. A la gente aplaudiendo al final de tu discurso, a ti dominando la escena, hablando con soltura gestual. Eso te dará seguridad. Hazlo breve, sencillo y cuando hables, con convicción. Eso te serenará y serás más creíble; y c) los de la responsabilidad. Estos son los que no se deben eliminar. Porque son los que te darán la tensión necesaria para que no te relajes, le des la trascendencia requerida y triunfes.
Si crees (en ti), creas (comunicación). Y no te preocupes por los imprevistos, forman parte del juego. Sólo el tiempo y la experiencia te darán la pericia retórica y la solvencia discursiva para que tú puedas superar los nervios negativos y mantener sólo, los nervios responsables.
¿Qué espera de los debates electorales anunciados para la televisión? ¿Qué deben hacer lso candidatos para ganarlos?
Espero que regeneren la ilusión perdida a través de un debate respetuoso, donde se fomente la escucha, se prioricen los principios y los valores, se comunique con un sentido cívico y de Estado y los mensajes ganen a la imagen. Aquel que transmita sinceridad y naturalidad, será más creíble y generará más confianza. Y quien sepa impactar primero con sus mensajes, tendrá mucho ganado. Espero que finalmente haya debate y que este sea organizado y moderado de nuevo por la Academia de TV, por fijar un lugar neutro.
¿Cree vd. que un discurso poderoso en todos los aspectos, puede ganar unas elecciones en la actual situación de crisis que vivimos?
Un discurso por sí solo no. El 90% de los electores ya tiene decidido su voto de antemano. Pero puede ilusionar a los indecisos, generar credibilidad hacia el político y hacer que sus propuestas sean más confiables.
Buenos días. ¿Cuáles son, a su juicio, las características que debe tener todo buen discurso?
Breve, centrado, con una idea principal y otras subideas adyacentes, conciso, sencillo (lenguaje asequible) y que provoque impacto en los corazones de los oyentes.
Fran, ¿qué elemento consideras fundamental para hacer un buen discurso?
Si tuviera que rescatar uno diría la preparación previa (tener claro lo que vas a decir, la finalidad de tu discursos y el dominio del contexto: público y entorno). El éxito de un discurso radica en las semanas previas a su declamación.
Buenos días, Sr. Carrillo. Soy estudiante de Ciencias Políticas y, aunque no sé qué será de mí en el futuro, siempre me ha llamado la atención la escritura. Al margen de la lectura constante y del estudio, ¿qué prácticas me aconseja para optar a convertirme algún día en redactor de discursos?
Precisamente esa: prácticar mucho con base en lectura, análisis e interpretación de todo tipo de discursos.
Buenos días. A juzgar por la actual situación española, ¿cree usted que los políticos españoles necesitan mejores discursos (o mensajes menos decepcionantes)?
Hay buenos asesores y buenos escritores de discursos en España. Pero ciertos políticos van mucho a su aire y no se dejan asesorar como debieran. Creen que ya están de vuelta de todo y eso es peligroso. En Estados Unidos, hasta el político que lleva 30 años en la profesión hace caso de sus speechwriters o asesores de oratoria.
Mi pregunta es: ¿Es posible que con la oratoria se expliquen ciertos giros a priori inexplicables en políticas actuales de nuestros dirigentes, tanto de un lado como de otro? Es decir, ¿se puede decir una cosa, la contraria, negar lo anterior y afirmar algo nuevo y salir indemne? Y lo más importante, ¿es eso lícito?
Lícito no es. En la Grecia Clásica se alertaba del poder retórico de los sofistas, que justificaban el fin de su objetivo mediante unos medios persuasivos y dialéctivos peligrosos. No se puede ser veleta en el mensaje, ni alumbrar con flases retóricos, ni hacer demagogia populista. Hay que ser sincero, honesto y consecuente en los hechos. Así la ciudadanía no estaría tan alejada de la política.
¿Que debe tener un mensaje para que se entienda?
Que sea breve, sencillo, claro, coherente con lo que has dicho antes y con lo que se está hablando y que impacte, sobre todo que impacte.
¿No cree que hay demasiada crispación en la política española a la hora de comunicar?
Creo que hay mucho sectarismo. Y el sectarismo no es comunicación política. Es política de la incomunicación.
Despedida
Muchas gracias a todos los internautas y lectores de El Economista por su interés y sus acertadas e interesantes preguntas. Os espero en La Fábrica de Discursos y entre palabras, siempre. Un abrazo