Empresas y finanzas

España, ERE que ERE: La economía se para y las empresas recortan empleo

Hasta hace unos meses la crisis era como el yeti, la gente había oído hablar de él pero pocos lo habían visto de cerca. La palabra recesión era un lejano y diminuto barco flotando sobre la línea del horizonte, pero los analistas no dejaban de augurar un periodo económico agitado. Como en el cuento del pastor y el lobo, la repetición del mensaje hizo que pocos creyeran en su llegada. Al final, cuando el depredador hizo verdadero acto de presencia, pilló a todos por sorpresa. El pequeño barco, visto de cerca, resultó ser un buque encallado. Sobre su cubierta, 3.100 ERE debidamente autorizados por el ministerio de trabajo durante el año pasado, que afectan a unos 70.000 trabajadores.

'Deconstrucción'

Los sectores que más están sufriendo esta situación son el inmobiliario y el de la construcción, aquellos que durante varias décadas han sido el motor de la economía española. Los pisos se erigieron como la forma de ahorro preferida por las familias españolas y por muchas empresas de mediano y gran tamaño. Estos y otros factores fueron incrementando exponencialmente el precio de las viviendas, y aquellos bloques de arcilla se comenzaron a vender como si fuesen lingotes de oro. El número de ERE que acumula el sector de la construcción se ha multiplicado por cuatro en los doce meses del año pasado respecto a las cifras manejadas en 2007. El total asciende a más de 250 expedientes, frente a los 64 registrados hace dos años.

En el sector de la construcción las cifras de desempleados hablan por sí solas: en los últimos 16 meses se han perdido aproximadamente 332.600 puestos de trabajo, lo que suponen un total de aproximadamente 552.000 desempleados, según datos facilitados por el sindicato Comisiones Obreras a este diario.

El ladrillo lo mueve todo

El ladrillo había sido la locomotora que tiraba de muchos otros sectores de actividad y la crisis acabó por desviar el convoy al completo hasta una vía muerta de la que parece complicado vaya a salir a corto plazo. La época dorada en la que el negocio redondo era comprar y revender pisos consiguiendo pingües beneficios en sólo unos meses ha tocado fondo. La onda expansiva provocada por el derrumbamiento del sector inmobiliario ha castigado también a la construcción, que a su vez ha caído como una losa sobre otros subsectores económicos: empresas de fontanería, pintura, cementeras, azulejeras, transportes... Y es que con el sector inmobiliario enfermo, el resto de actividades se constipa. El resultado final es una gran bola de nieve, formada por decenas de miles de desempleados, a la que aún le queda unos meses de descenso.

Los datos del sector industrial son también poco alentadores. El año pasado se presentaron unos 1.531 ERE, frente a los 827 registrados durante los doce meses del año anterior. El número de trabajadores afectados en 2008 fue de casi 30.000, frente a los menos de 27.000 de 2007.

Aumento de expedientes

Son cifras que no presentan demasiada variación en cuanto al número de trabajadores afectados, pero sí en el volumen de expedientes admitidos por el Ministerio de Trabajo. Donde se nota realmente la deprimente situación que vive el sector laboral español es en los informes oficiales.

Según el Ministerio de Trabajo e Inmigración, durante el mes de noviembre de 2008 el número de personas registradas en las Oficinas de los Servicios Públicos de Empleo creció en 171.243 personas en relación con el mes anterior. En valores relativos el incremento del paro fue de un 6,08 por ciento, con una cifra total de 2.989.269 empleados.

Al comparar estos datos con los de 2007 se ponen de relieve las dimensiones del crecimiento del paro. Hace dos años, en noviembre de 2007, el desempleo subió en 45.900 personas respecto al mes de octubre de 2007. Desde entonces hasta ahora, casi 900.000 nuevos desempleados más han pasado a hacer cola en las oficinas del INEM (Instituto Nacional de Empleo).

El descenso en el empleo tiene una consecuencia directa sobre el consumo. La pérdida del poder adquisitivo, unida al miedo al gasto por lo que pueda pasar, aísla en el ostracismo el término consumismo.

El sector del automóvil está sufriendo en primera persona esta situación. Las ventas no son las de otros años y el reflejo lógico ha sido la reducción de las plantillas de la mayoría de las firmas de automoción.

La crisis, sobre ruedas

En el sector automovilístico la crisis se ha cebado primero con el mercado interno y luego con las ventas en el resto de Europa. Las recaídas, por lo tanto, se han hecho sentir tanto en los concesionarios como en las plantas de fabricación españolas y, por ende, sobre los niveles de ocupación. Los peor parados son los concesionarios de automóviles, que desde enero se han resentido por el bajón en las ventas de coches. La situación fue a peor en durante el transcurso del año, tanto que desde enero se han perdido al menos 10.000 puestos de trabajo. Además, la patronal del sector, Faconauto, prevé que si se mantiene esta tendencia, habrá otras 10.000 antes de que llegue el periodo estival. Además, el plan de ayuda del Gobierno se ha revelado, de momento, como un completo fracaso: en los primeros 100 días de vida del llamado Plan Vive, creado por el ejecutivo para favorecer el achatarramiento de los vehículos antiguos y la venta de nuevos, sólo se desguazaron unos 50 coches sobre una previsión total de varias decenas de miles. Por este motivo, el Gobierno ha mejorado las condiciones del plan, sin embargo, los vendedores son escépticos sobre su verdadera utilidad.

El empeoramiento de la situación económica se ha hecho sentir también en el resto de Europa con una fuerte caída de las ventas. Esta situación ha repercutido sobre las plantas establecidas en España, que exportan hacia el Viejo Continente un 80 por ciento de su producción. Todos los establecimientos han tenido que reducir el ritmo de sus cadenas de montaje. Se han quedado temporalmente en casa más de 30.000 trabajadores y otros 4.000, que disfrutaban de contratos temporales, han dejado de trabajar.

Los datos expuestos en este artículo sobre el número de ERE han sido recogidos principalmente a escala nacional, pero los sindicatos pintan un panorama mucho peor a escala autonómica. "El número de empresas que están eliminando puestos de trabajo o están obligadas a echar el cierre es mucho más alto si se analizan los datos por Comunidades Autónomas y no únicamente a nivel nacional.

Es complicado dar datos datos en este sentido porque el tejido empresarial está formado en gran medida por pymes y micropymes, que son las que ahora están acudiendo a ERE y despidos, pero se podría decir que la situación en las autonomía multiplica en muchos casos por diez las cifras de los ERE que se manejan a escala nacional", asegura un portavoz de Comisiones Obreras.

El Gobierno contraataca

El Ejecutivo ha tomado cartas en el asunto para tratar de estimular la creación de empleo y frenar la sangría que sufre el mercado laboral español. El plan estrella del Gobierno cuenta con un presupuesto de 11.000 millones de euros y se compone de la creación del nuevo Fondo de Inversión Pública y, en segundo lugar, el apoyo a sectores de la economía española de interés estratégico.

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