Los fondos cotizados son útiles para los que quieren invertir en renta variable pero no saben qué acción puede subir. Sólo hay que apostar por la tendencia, aunque hay que acertar para ganar dinero, y existe mucha oferta. Por Cristina Triana
Puede ser que aunque nunca haya invertido en bolsa y que, últimamente, al ver cómo el mercado cotiza a niveles nunca vistos -el Ibex 35, el índice más importante de la renta variable española está en máximos históricos-, tenga la tentación de probar suerte invirtiendo. Sin embargo, por ser novato tiene el problema de que no sabe qué acción puede subir después de todo el avance acumulado a lo largo de 2006 -el Ibex gana más de un 27 este año-.
No se desilusione porque tiene una alternativa: evitar seleccionar un título y dejarse llevar por la corazonada de que el parqué puede continuar subiendo. Es decir, apostar sólo por la tendencia. Para ello, puede fijarse en uno de los productos de ahorro más nuevos del mercado: los fondos cotizados (ETFs). Son fórmulas de inversión colectiva que cotizan en bolsa.
En el parqué español ya existen tres -el BBVA Acc. Ibex, el Santander Ibex y el Luxor ETF Ibex-, que se han estrenado hace apenas unos meses. La filosofía de todos ellos es replicar el comportamiento del Ibex 35. De manera que si piensa que la bolsa española puede seguir repuntando, son una buena opción. Especialmente si no está dispuesto a arriesgarse a poder acumular pérdidas en el caso de que el mercado se dé la vuelta.
El ETF tiene la ventaja frente a los fondos de que puede vender sus acciones a lo largo de toda la sesión bursátil. Así que, si no le gusta el comportamiento de está teniendo el mercado, puede desprenderse de ellos en cualquier momento. Por el contrario, los productos de inversión colectiva son menos líquidos -un ahorrador no puede vender sus participaciones a cualquier hora ni a un precio exacto- y no tiene información sobre el valor liquidativo en tiempo real.
¿El inconveniente? Su fiscalidad. Hacienda se queda con parte de las plusvalías. Si conserva los títulos menos de 12 meses, el fisco se quedará con su tipo marginal. A partir del año que viene, sólo le aplicarán una retención del 18 por ciento. Como incoveniente, el ETF no puede traspasarse -llevar el dinero de un fondo a otro sin tributar ni perder la antigüedad de participaciones-.
¿España está pasada?
Los inversores que sean más optimistas y que crean que queda poco o nada por arañar en la renta variable española, pero confían en que otros mercados pueden continuar tirando, también pueden invertir en ETFs, a través del ETF Center de Renta 4 (www.renta4.com).
Esta sociedad de valores ha sido pionera en España en poner en marcha una plataforma de inversión en fondos cotizados. Y, sus clientes, pueden comprar este tipo de productos desde hace tres o cuatro años. No obstante, Victoria Ros, directora de Renta 4.com explica que es ahora -cuando han aparecido los primeros productos españoles-cuando empiezan a notar mucho interés por estos productos. Ahora mismo, a través de su plataforma se pueden contratar ETFs de todo el mundo referenciados a multitud de subyacentes.
Un precio sin recargo
Las comisiones que cobran por compra y venta de este tipo de productos es la misma que para cualquier acción nacional o internacional. Y, aunque la oferta de ETFs es amplísima -bolsa norteamericana, europea, asiática, materias primas, divisas...y también especializada en distintos sectores, como banca, seguros, tecnología...-, recomiendan a sus clientes fijarse, sobre todo en una cosa: que sean ETFs con un volumen de contratación elevado y para ello elaboran un ranking de los más negociados cada sesión, que se actualiza casi en tiempo real.
Fijándose en las acciones de fondos cotizados más líquidos, se asegurará que cuando quiera venderlas no tendrá problemas. Siempre encontrará alguien dispuesto a adquirirlas.