
El Gobierno británico discute un plan para rescatar al sector del automóvil similar al que acaba de anunciar Washington para Chrysler y General Motors. Así lo señalan hoy varios medios británicos, según los cuales el plan británico consistiría en la concesión de créditos por un total de 667 millones de libras a la industria. Brown no está de acuerdo con la medida por lo que no se ha comprometido a dar ningún apoyo por el momento. Pese a todo, no sería de extrañar que siguiera el ejemplo estadounidense.
El primer ministro, Godon Brown, declaró el viernes que no podía prometer ningún apoyo al sector, y hoy ha insistió en que los propios fabricantes de automóviles son los que deben realizar todos los esfuerzos posibles para salir de la situación de crisis en la que se encuentran.
"Éstos son temas que se discutirán con el paso del tiempo, pero no hay promesa alguna de que vayamos a conceder nuestro apoyo", declaró Brown en comentarios recogidos por el diario británico 'The Times'.
Pese a la posición de Brown, lord Bhattacharyya, destacado laborista y experto en industria, expresó al diario Financial Times su confianza en que el Gobierno siga el ejemplo estadounidense.
"Si el Gobierno no actúa para rescatar a la industria del automóvil, (el Reino Unido) será el único país importante que se abstenga de salvar ese sector", afirmó Bhattacharyya, quien dio a entender que el Gobierno discute la posibilidad de esa ayuda.
Bhattacharyya, a quien se considera una persona muy cercana a Brown y del indio Ratan Tata, presidente del grupo Tata, actual propietario de la empresa automovilística Land Rover, declaró que esta última es un "caso especial", ya que lleva a cabo en el Reino Unido casi todo su proceso investigación en el que trabajan 2.500 de sus 15.000 empleados de su plantilla británica.
Créditos a corto plazo
El director general de la Confederación de la Industria Británica, Richard Lambert, se ha mostrado también a favor de que se concedan préstamos a corto plazo del erario público a las empresas automovilísticas en dificultades ya que un total de 800.000 puestos de trabajo dependen de ese sector.
Por su parte, el copresidente del sindicato Unite, Dreck Simpson, dijo el viernes que la industria del motor necesita urgentemente ayuda financiera y señaló que de nada sirve rescatar a los bancos si éstos luego no prestan dinero a las empresas.
"Concediendo préstamos a corto plazo, que se devolverían con intereses, el Tesoro podría inyectar liquidez en el sistema para salvar decenas de miles de puestos de trabajo especializados que penden actualmente de un hilo", dijo el líder sindical.
Cerca de 13.000 millones de libras
El sindicato Unite reclama un conjunto de medidas de ayuda por un total de 13.000 millones de libras, algo similar a lo decidido por los gobiernos de Alemania, Francia y Suecia.
La cifra de automóviles construidos en el Reino Unido cayó en un 33 por ciento el pasado noviembre hasta 97.604 mientras que la producción de vehículos comerciales lo hizo en un 50 por ciento.