
El agua es pura vida, pero las precipitaciones persistentes y abundantes desde enero han trastocado la campaña hortícola, que ha vivido un año atípico, especialmente, el último tramo de la primavera cuando los cultivos necesitan sol y temperatura. La siembra de la zanahoria en la Castilla y León se ha podido realizar de manera muy escalonada y con bastante retraso para sus fechas habituales.
"Debido a la lluvia, muchas de las siembras al realizarse de manera puntual y cuando se podía no han sido buenas", explica Francisco Javier Alonso, agricultor en Fuente el Olmo de Íscar (Segovia). Muchos de los planes de siembra se han tendido que cambiar. "Teníamos tierras preparadas desde hace 3 ó 4 meses con labores y abono en las que no hemos podido entrar y hemos tenido cambiarlas por otras que no tenían preparación alguna donde la siembra de la zanahoria no se ha realizado en las mejores condiciones", comenta Alonso.
Gran parte de las siembras se han realizado en momentos puntuales y cuando no correspondía e incluso en las tierras preparadas no se han realizado en el momento óptimo. La campaña de la zanahoria temprana acumula un retraso de unos 20 días y todas estas vicisitudes que ha tenido que vivir la zanahoria temprana ha repercutido en la producción, un 25% menor que el año pasado. "Hemos pasado de producir el año pasado unas 75 toneladas por hectárea a las 60 toneladas que estamos sacando de media esta campaña", nos comenta este agricultor segoviano. La buena noticia es el precio, que ha arrancado entre los 25-30 céntimos por kilo para la zanahoria temprana, aunque las previsiones apuntan a que bajará algo según avance la campaña.
Una buena noticia en una tónica general mala de precios para la campaña de hortícolas de invierno, una las peores de los últimos 5 años. Según los datos de los exportadores españoles las ventas al exterior de hortalizas han subido un 8,4%, pero han perdido un 13,5% de valor. Según datos de Asaja Almería, las exportaciones se incrementaron en las toneladas vendidas en tomate (3%), lechuga (19%), pimiento (8%) y pepino (3%), pero el descenso en el valor, fue mucho mayor, siendo en tomate de -11%, lechuga -20,5%, pimiento -8% y pepino -12%. Para Asaja Almería estos datos son reflejo de una realidad, "hemos vendido más y a peores precios y con estas cifras no podemos estar satisfechos con la campaña".
Volviendo a Castilla y León las lluvias también han afectado la cebolla que lleva más retraso incluso que la zanahoria, unos 25 días respecto a sus fechas habituales. "La cebolla esta en el mismo estado que estaba por el 15 de junio del año pasado, los tratamientos no se han podido realizar en las fechas adecuadas cuando pedía el cultivo y se han realizado cuando se ha podido entrar a la tierra", detalla Francisco Javier Alonso. El calor y el sol que haga hasta finales de verano va ser fundamental para el devenir de un cultivo en el que si no suben las temperaturas puede correr el riesgo de retrasar la siembra hasta septiembre y que la cebolla no termine de desarrollarse. "Si por el contrario aumentan las temperaturas y tenemos un verano típico podemos tener una cosecha aceptable que por el momento apunta a limitada".
Las tormentas tienen en vilo al campo que vive con una incertidumbre esta situación ya que casi todas las semanas están arrasando cultivos
Mientras tanto, las tormentas tienen en vilo al campo que vive con una gran incertidumbre esta situación ya que prácticamente todas las semanas se están formando tormentas que están arrasando cultivos. "El miedo es mucho porque el año pasado tenía 16 hectáreas de cebollas espectaculares que en un segundo se convirtieron en 4 hectáreas por estas circunstancias", explica Alonso. Las épocas de tormentas están siendo muy malas especialmente para unos cultivos de regadío donde los costes en casi todos ellos se disparan hasta los 6.000 euros por hectárea.
La campaña para el ajo también está siendo complicada para un cultivo que ha recibido demasiada agua. Las siembras acumulan un retraso de unos 20 días, el abono se ha perdido por la lluvia y muchos tratamientos no se han podido realizar. Debido a las lluvias persistentes y a la pudrición, en Castilla-La Mancha se van a dejar en el campo entre 2.000 y 3.000 hectáreas de ajos. En Castilla y León, las previsiones apuntan a que también se va a quedar sin sacar por el pedrisco y la lluvia otras 600 hectáreas.
En esa comunidad la campaña del ajo rojo empezó con retraso sobre el 20 de junio con poca calidad, precios bajos -entre 50 y 60 céntimos por kilo- y unas producciones sobre los 9.000 y 10.000 kilos por hectárea. "Entre 2.000 y 3.000 kilos menos que el año pasado debido falta de sol y temperatura que necesitan los cultivos hortícolas para criarse", explica Fernando Estaban García, agricultor en Portillo (Valladolid).
La campaña del ajo blanco en Castilla y León, al igual que la del rojo, empezó con unos 15-20 días de retraso sobre principios de julio, pero con una calidad mejor. Las producciones también están rondando los 10.000 kilos por hectárea con unas mermas de unos 2.000 -3.000 kilos por hectárea con respecto a la campaña del año pasado cuando se alcanzaron los 12.000-13.000 kilos de media.
El precio en esta variada se ha desplomado pasando de 1,10-1,20 euros el kilo a los 60-65 céntimos que se paga actualmente el kilo de ajo blanco. "Un precio muy bajo ya que prácticamente el coste de producir un kilo de ajos son los 60 céntimos que se están pagando actualmente", denuncia este agricultor vallisoletano.