La situación financiera del Atlético de Madrid es cada día que pasa un poco más complicada. El club que preside Enrique Cerezo registró en el último ejercicio, cerrado el pasado 30 de junio, unas pérdidas ordinarias de 58,2 millones, lo que supone un 45 por ciento más que hace un año. Aunque los ingresos siguen creciendo -hasta 147 millones de euros- el resultado neto arroja así unos números rojos de casi 4 millones, según las últimas cuentas del club, pendientes todavía de aprobación por los socios el próximo 22 de diciembre, y a las que ha tenido acceso elEconomista.
Con una deuda de casi 430 millones, el club ha firmado con el Ayuntamiento de Madrid y la cervecera Mahou el plan que supondrá el derribo del estadio Vicente Calderón y su traslado definitivo a La Peineta. Las obras para transformar ésta en el nuevo Estadio Olímpico de Madrid y sede del Atlético comenzarán en unos seis meses y estarán acabadas en un máximo de tres años, por lo que, salvo retraso, el equipo rojiblanco estrenará su nuevo campo y el Vicente Calderón será historia en la temporada 2012-13.
Ni el Ayuntamiento ni el Atlético han adelantado ningún detalle del documento firmado y aseguraron que no se modificará la edificabilidad que se estableció en su día, concentrada en los terrenos de la cervecera. Los datos que se ofrecieron hace año y medio fueron los siguientes: el suelo que ocupa el Calderón, más de 31.000 metros cuadrados, se transformará en su totalidad en una zona verde pública, mientras que en el terreno actualmente industrial de la fábrica de Mahou, 61.251 metros cuadrados, se concentrará toda la edificabilidad, 175.000 metros cuadrados, que se destinarán a residencial.
El nombre del nuevo estadio
Fuentes del Atlético de Madrid han confirmado, por otro lado, que el club está buscando un socio comercial para poner apellido a su nuevo estadio, tal y como ocurre ya en otros campos de fútbol, como el Allianz Arena o el Ono Estadi.
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