Patricia de Arce
Madrid, 25 oct (EFECOM).- Con su designación como candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián deja una larga y fructífera carrera como experto económico que le ha llevado hasta los despachos de La Moncloa, para aspirar a presidir el primer Ayuntamiento del país.
Se trata del mayor desafío político de Sebastián hasta la fecha, después de haber dirigido, desde abril de 2004, la Oficina Económica del Presidente del Gobierno.
Además, será la primera vez que Sebastián afronte el reto de las urnas, y para ello antes tendrá que darse a conocer entre el gran público, que sabe poco de la vida y la carrera profesional del nuevo candidato.
Economista de carrera, Miguel Sebastián saltó oficialmente a la arena política en 2003, cuando se convirtió en asesor independiente del Comité de Estrategia del PSOE y después fue nombrado coordinador económico del programa electoral socialista para las generales de marzo de 2004.
No obstante, su nombre se relacionó con el del PSOE antes, cuando como director del Servicio de Estudios del BBVA respaldó la propuesta de tipo único del IRPF sugerida por el entonces secretario de Política Económica del PSOE, Jordi Sevilla, que los socialistas finalmente no se animaron a presentar.
El entonces vicepresidente económico, Rodrigo Rato, llegó a decir por ello, en junio de 2001, que era "la primera vez en la Historia de la España democrática que un partido le encarga su diseño de política tributaria a un gran banco".
La salida de Sebastián del Servicio de Estudios del BBVA fue interpretada por muchos como una exigencia de Rato al Banco.
Además, la supuesta enemistad del director de la Oficina Económica de Moncloa con la entidad bancaria salió de nuevo a la luz este año cuando el presidente de Sacyr-Vallehermoso, Luis Fernando del Rivero, trató de convertirse en principal accionista del BBVA y quitar de la Presidencia a Francisco González, por lo que fue tachado de "hombre del Gobierno".
Con la victoria electoral del PSOE el 14 de marzo de 2004, el nombre de Miguel Sebastián fue el que más sonó para el Ministerio de Economía y Hacienda, aunque finalmente pesó más el compromiso de Zapatero con Pedro Solbes, que además de esta cartera asumió la Vicepresidencia segunda del Ejecutivo.
A Sebastián le quedó un cargo que, aunque sonaba menor, le ha permitido estar en primera línea, asesorando al jefe del Ejecutivo en las principales cuestiones económicas, al tiempo que tenía contadas pero estratégicas apariciones mediáticas en las que daba su opinión sobre los grandes datos macroeconómicos, la fiscalidad o los movimientos empresariales.
Desde su cargo, Sebastián ha sido asesor directo de Zapatero ante numerosas cuestiones económicas, incluidas las que más claramente han saltado a la arena política en estos dos años, como las opas sobre Endesa.
También ha participado en reuniones de alto nivel del Ejecutivo en las que se han planeado estrategias políticas y diplomáticas, como cuando el gobierno boliviano de Evo Morales anunció su plan para nacionalizar los hidrocarburos del país, una decisión que afectaba directamente a uno de los gigantes empresariales españoles, Repsol.
Claro y directo en sus apreciaciones y muy respetado en los círculos económicos y empresariales, Sebastián se ha destacado por sus teorías marcadamente liberales.
No en vano, como jefe del Servicio de Estudios del BBVA llegó a propugnar en 2000 que los pensionistas soportasen el efecto inflacionista del petróleo en sus pensiones, e insistía en la flexibilización del mercado laboral.
En los últimos dos años ha sido menos vehemente con sus teorías, que no siempre han parecido coincidir con las del Ministerio de Economía y Hacienda, aunque su titular, Pedro Solbes, negase descoordinación entre este departamento y la Oficina Económica.
Ahora, Miguel Sebastián deberá alejarse del perfil técnico y dejar los bastidores de La Moncloa para imbuirse en la política municipal, y prepararse para la interesante batalla que le enfrentará al eterno ganador de mayorías absolutas, Alberto Ruiz-Gallardón. EFECOM
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