
La crisis financiera no ha impedido que la revista estadounidense American Banker, un magazine dedicado a la propia industria, haya elegido a su particular banquero del año. Ayer por la noche, en su ritual anual, Kenneth Lewis, consejero delegado de Bank of America, recibió el galardón tras emerger la entidad que preside como uno de los supervivientes de la crisis. A Manhattan con dinero público: el banco WestLB alquila oficinas de lujo.
Es la segunda vez que Lewis recibe este galardón, pero debería tener cuidado porque en la lista de premiados en ediciones anteriores aparecen algunas de las víctimas más ilustres de la actual crisis.
Por ejemplo, Kerry Killinger ganó el premio en 2001 y el pasado septiembre fue despedido tras dejar a Washington Mutual al borde de la quiebra. La entidad finalmente fue adquirida por JP Morgan (JPM.NY) .
En 2005 Ken Thompson fue el agraciado, pero en junio de este año abandonó su cargo como consejero delegado de Wachovia, la entidad que terminado siendo engulllida por Wells & Fargo.
Por último, hace tan sólo dos años, el consejero delegado de Countrywide Financial, Angelo Mozilo, recibió un premio honorífico a su carrera mientras conducía a la hipotecaria hacia el abismo de la quiebra. Y ahora resulta que el propio Bank of America (BAC.NY) es el dueño de Countrywide.
¿Se puede hablar de triunfadores?
Bank of America, al menos de momento, está siendo una de las entidades que mejor capean la crisis. Además de Countrywide, se ha hecho con Merrill Lynch, el ilustre banco de inversión que se acercó al gigante para evitar la quiebra.
Y a pesar de perder un 65% en bolsa en lo que va de año, se convertirá en el mayor banco de Estados Unidos por beneficio ycuando ahora mismo es el tercero por capitalización, precisamente por detrás de Wells & Fargo y JP Morgan, los otros dos grandes "beneficiados" por la crisis.
De momento, la crisis se ha llevado por delante a 22 bancos y ha obligado al Gobierno Federal a orquestar un plan de rescate de 700.000 millones de dólares, lo que pone en duda la necesidad de otorgar un premio como éste. La opinión pública no parece tampoco muy contenta con el desempeño de la industria.
La última encuesta de Gallup muestra que tan sólo el 23% de los estadounidenses valora positivamente a los banqueros.