Empresas y finanzas

El sueño roto de los vuelos directos entre China y España

Antonio Broto

Pekín, 19 oct (EFECOM).- Escasa promoción, quejas por el servicio y falta de estrategia para aprovechar el enorme potencial del mercado chino parecen ser las claves del fracaso en los vuelos directos entre España y China, que acabarán el 30 de octubre tras sólo un año de operación.

Hace unos meses, Air Plus Comet cerraba sus vuelos con China, inaugurados en julio de 2005. Ayer, Juan José Hidalgo, presidente del grupo Globalia, anunciaba el mismo final de los vuelos directos de Air Europa entre Madrid y Pekín, iniciados en mayo del pasado año.

La razón aducida por ambas compañías, que llegaron con bombo y platillo a China, es la falta de rentabilidad de los vuelos, que en los escasos 15 meses que han durado, han ido casi vacíos en muchos casos, especialmente en temporada baja.

"Es una pena, pero hicimos todo lo que pudimos. Quizá los gobiernos deberían haber impulsado más estos vuelos", señalaron hoy a Efe trabajadores de la oficina de Air Europa en Pekín.

El anuncio pone fin a muchas ilusiones: tanto las del sector aéreo español, que veía a China como el gran mercado por desarrollar, como en las más generales de incrementar las relaciones chino-españolas, algo que siempre es más difícil si los dos países están "más lejos".

Volar entre China y España en uno de los aviones de Air Europa o Air Plus Comet, si no se producían retrasos, podía llevar 11 ó 12 horas, mientras que un avión con escalas europeas en compañías como Air France, Lufthansa o Aeroflot no suele bajar de las 15.

Parecía un vuelo perfecto para los cerca de 150 padres españoles que viajan cada semana a China para adoptar niños (España es el segundo país del mundo que más adopta en el país asiático tras EEUU), o para los miles de empresarios españoles que hacen este trayecto varias veces al año, pero no acabó siendo así.

Qué lejos parece ahora el 24 de mayo de 2005, fecha en la que el primer vuelo de Air Europa, el Airbus A330 "Pedro Duque", aterrizaba en Pekín procedente de Madrid, ocasión que se veía histórica para impulsar el comercio y las relaciones bilaterales.

Un día después, el entonces ministro de Industria, José Montilla, y la de Fomento, Magdalena Alvarez, mostraban el apoyo gubernamental español a la iniciativa de Air Europa volando con esa compañía entre Madrid y Shanghai, en viaje oficial.

El optimismo de ese viaje empezó a apagarse ya en el pasado invierno, cuando Air Europa anunció que reduciría sus frecuencias con China en la temporada baja, en detrimento de los vuelos de la compañía al Caribe.

El consejero de la Oficina Comercial de la Embajada de España en Pekín (OFECOMES), Javier Serra, apuntó hoy que quizá hubo una insuficiente promoción de los vuelos, pues estuvo demasiado centrada en los inmigrantes chinos que viajan a España y los turistas españoles de vacaciones en el país asiático.

La "clase bussiness" para empresarios, que suele ser una importante fuente de beneficios en este tipo de viajes de largo recorrido, estuvo algo olvidada, en opinión del diplomático.

"Air Europa se apoyó en la agencia de viajes de la compañía (Halcón), pero se centró demasiado en las vacaciones españolas y no en las chinas", destacó por otra parte Serra a Efe. Algo similar pudo ocurrir con Air Plus Comet, del grupo turístico Marsans.

En el caso de los empresarios, el consejero apuntó que la mayoría de los españoles usan otras compañías, porque, en el caso de Air Europa, "sólo había dos frecuencias semanales, insuficiente para este tipo de viajes".

Parece mentira, por otra parte, que el final de los vuelos se produzca a escasos meses de que comience el Año Cultural de España en China, en el que se espera un aumento de las misiones españolas, y probablemente del turismo recíproco.

El año y medio de vuelos directos entre ambos países, por otra parte, se ha visto algo "gafado" por pequeños incidentes, quejas y otros sucesos que han minado la confianza de los viajeros en los trayectos entre China y España.

Fue sonada la anécdota de un vuelo de Air Europa que en noviembre de 2005 estuvo varias horas sin despegar debido a unos juguetes electromagnéticos que los pasajeros españoles habían comprado en Shanghai, y que volvieron loco el cuadro de mandos del aparato.

Pero en los vuelos de Air Plus Comet y Air Europa también hubo retrasos de hasta 10 horas, aterrizajes imprevistos en Mongolia, y hasta quejas de padres a los que las compañías no pusieron cunas para sus bebés, algo increíble dado que muchos de los españoles que viajan a China para adoptar a niños.

Este verano se notó en Pekín un incremento de turistas españoles, pero muchos de ellos utilizaron Air France y otras compañías que ofrecen la posibilidad de viajar desde ciudades españolas "pequeñas" como Santiago de Compostela o Valladolid a China, con una sola escala en otros aeropuertos europeos.

Lo chocante de toda esta situación es que costó años de duras negociaciones con la aviación civil china para que permitiera a las aerolíneas españolas volar a China: durante décadas, hasta 2004, sólo se permitía que Iberia fletara viajes directos, pero la mayor aerolínea española nunca lo hizo porque no le salían las cuentas. EFECOM

abc/mz/chg

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