París, 6 oct (EFECOM).- El embajador español ante la OCDE, Fernando Ballestero, advirtió hoy de que uno de los problemas que podría plantear el modelo autonómico a la economía española sería una fragmentación del mercado, en particular por la fiscalidad.
"Sería muy grave" que la autonomía fiscal condujera a una ruptura de la unidad del mercado español, señaló Ballestero en un acto conmemorativo del 120 aniversario de la Cámara de Comercio de España en Francia (COCEF).
Preguntado por los riesgos para España del modelo autonómico, el representante ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) respondió que ese modelo conlleva una dimensión fundamentalmente política sobre la configuración del Estado a que da lugar y sobre el reparto del poder.
En el terreno económico -añadió-, la dimensión autonómica puede plantear dos tipos de problemas: uno, un incremento del gasto público de los gobiernos regionales que suponga un déficit de las cuentas públicas.
Otro "problema, mucho más grave, sería la fragmentación del mercado" con una fiscalidad muy diferenciada entre unas y otras autonomías.
Ballestero hizo una exposición sobre lo que calificó de "intenso dinamismo" de la economía española en los últimos años, en particular desde su ingreso en 1986 en la Comunidad Económica Europea, luego convertida en Unión Europea.
De la situación actual, enumeró una serie de "debilidades" en las bases económicas de España, y en primer lugar "la alta dependencia energética del exterior" que se traduce en que "somos muy vulnerables" a los precios internacionales.
También aludió al elevado peso de la construcción, unido al alto endeudamiento en créditos hipotecarios, aunque se mostró confiado en que si hubiera un bajón en este sector, el sector financiero -del que subrayó su "eficiencia"- permitiría atenuar el golpe.
Los otros puntos débiles a su juicio son el elevado déficit exterior, derivado de la baja productividad respecto a otros países europeos y el envejecimiento de la población, moderado en parte por la aportación de la inmigración.
Sobre este último punto, comentó que "la inmigración es positiva siempre que sea legal, controlada" y que conduzca a la integración.
Afirmó que no se pueden frenar los flujos migratorios, que las políticas de cupos no han dado resultados donde se han aplicado y que una parte de las soluciones tienen que venir por "una estrecha relación entre los países emisores y receptores".
Ballestero insistió, a propósito de la inmigración, en que "el problema no es de España, no es de Francia, es de todos" y apostó por una coordinación de las políticas migratorias.
En un breve discurso previo, el presidente de la COCEF, José Antonio Alonso, aseguró que en Francia "las empresas españolas fascinan por su dinamismo", y lo ejemplificó con la iniciativa del consejo general (diputación provincial) del departamento de Val de Marne, en la región de París, de crear un centro de negocios para preparar la acogida de compañías españolas en su territorio. EFECOM
ac/prb
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