Exige usar tarjeta de crédito y eso eleva de 36 a 72 euros la comisión del producto
El Santander busca estrechar la relación con clientes y mejorar sus ingresos con un endurecimiento de la Cuenta 123. A partir del 12 de febrero, exigirá que tengan y den uso a una tarjeta de crédito para continuar beneficiándose de sus ventajas: ofrece una remuneración de hasta el 3 por ciento por el ahorro, descuentos similares en los recibos y acciones gratuitas del banco por contratar nuevos productos.
La inclusión de este medio de pago conlleva una comisión de 3 euros al mes a sumar a los otros 3 euros que devenga la cuenta, lo que supone duplicar la recaudación por comisiones asociadas al producto. Y para mantener las ventajas de la cartilla estrella impone que se use, al menos, una vez al trimestre para abonar compras en comercios. Este requisito se añade a los que ya tenía -domiciliar ingresos, tres recibos y realizar seis movimientos al trimestre con la tarjeta de débito-.
El desafiante escenario de tipos a ras del suelo movió ya al grupo a reducir la rentabilidad y aumentar las comisiones de la 123 pionera en Reino Unido. Ahora incluye la tarjeta de crédito como requisito en España, si bien enriquece al tiempo sus prestaciones y la cuenta mantiene aún las remuneraciones más altas del mercado, ya que ofrece entre el 1 y el 3 por ciento de rendimiento en ahorros por hasta 15.000 euros y descuentos similares en facturas e, incluso, impuestos.
La presión del euríbor ha dejado casi sin remuneración los depósitos y hasta ING Direct anunció que en enero suprimirá la devolución del 2 por ciento en recibos y abaratará la histórica Cuenta Naranja.
La racionalidad económica del movimiento del Santander, defensor a ultranza de aplicar comisiones en productos y servicios que aporten valor al cliente, es doble. La comisión de la 123 escala de 36 al 72 euros al año -cualquier tarjeta de crédito aislada devenga una cuota anual similar-. Pero también es superior la tarifa que soportan las tiendas por aceptar un medio de pago de crédito frente a la modalidad de débito. Por ejemplo y, de acuerdo a las tarifas de su filial de TPV, el Santander Elavon repercute una media del 0,2168 por ciento en grandes empresas de distribución por usar sus terminales si el pago es a débito y un 0,459 si es a crédito. En otros establecimientos, como supermercados, gasolineras o autopistas, la diferencia es muy inferior, pero siempre más ventajosa a crédito. Ocurre porque la ley fija tasas de intercambio superiores en crédito -del 0,3 por ciento frente al 0,2 establecido para el débito-.
Para animar la contratación de la tarjeta por la que ya cobraba 3 euros mensuales a los clientes que la tienen, amplía sus prestaciones dando acceso al tiempo a plásticos a crédito, a débito y revolving; y podrán utilizarlas en dispositivos móviles de Apple sin son MasterCard.
Aunque sea ?a crédito?, no devenga tipo de interés salvo si se financiar las compras a plazos. Y aquellos a los que no les interese podrán migrar a las cuentas Día a Día o Clásica, desprovistas de descuentos y remuneración del ahorro.
El banco sostiene que la cuenta 123 ya es rentable porque alienta el uso de tarjetas y contratación, pero algunos estudios cifran en 500 millones anuales el coste de ofrecer tan altas remuneraciones al ahorro.