Empresas y finanzas

La sombra de la duda acecha a los grandes accionistas

La tormenta de operaciones que permitió a la Bolsa batir su récord histórico ha levantado la duda de la sospecha. Demasiados valores se movieron de manera irregular. Algunas se confirmaron, como Fadesa, que fue adquirida por Fernando Martín el jueves; o Sacyr Vallehermoso, que dio entrada en su capital a la Mutua Madrileña.

Otras operaciones se conocieron antes por los periódicos que por el cauce oficial: la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Éste fue el caso de Acciona, que adquirió un diez por ciento de Endesa el lunes, y de ACS, que ha comprado el diez por ciento de Iberdrola con el objetivo de fusionar a la eléctrica con su participada Unión Fenosa.

Estos escapes de información han vuelto a sacar a la palestra uno de los términos más espinosos del mercado de valores: la información privilegiada. Sobre todo, porque varios de los protagonistas de estas operaciones adquieron acciones poco antes de mover ficha.

Casos recientes

Pongamos dos casos recientes de los cientos que existen. El presidente de ACS, Florentino Pérez, ha destinado 155,4 millones de euros a compras, hasta superar el 9,5 por ciento de la constructora. Los Albertos -Cortina y Alcocer- invirtieron 100 millones de euros apenas una semana antes de entrar en Iberdrola.

Ellos lo justifican para favorecer a la compañía y reforzar la españolidad de estas empresas. Dos razones irreprochables. Pero, ¿hasta qué punto se aprovecharon de información privilegiada? Como máximos responsables del grupo conocen su estrategia. No han cometido delito porque legalmente no se puede acusar a una persona de información privilegiada si no se demuestra que compra o vende títulos después de tomar la decisión sobre una inversión. Y en ese momento no estaba tomada.

Los altos directivos, como los consejeros y los principales accionistas de empresas cotizadas, tienen acceso a información vetada para el resto de inversores. Conocen al detalle la estrategia, los acuerdos y las negociaciones de sus empresas. Por ello, están obligados a comunicar todos sus cambios de participaciones para cumplir con la ley.

Pero, ¿es suficiente?

Sobre esta delgada línea se realizan todo tipo de operaciones, no sólo opas. Por ejemplo, seis meses antes de que Tecnocom anunciara una ampliación de capital que suscribirá Caixa Galicia, su presidente Ladislao Azcona empezó a reforzarse en el capital, quizás para mantener su fuerza accionarial tras la operación.

Otras veces, cuesta pensar que no hay nada raro cuando altos directivos y accionistas de referencia adquieren títulos en medio de un proceso de fusión, como ha ocurrido en Abertis. Pero más llamativas han sido las compras que realizaron Manuel Pizarro, presidente de Endesa, y Antonio Brufau, su homólogo en Repsol YPF. El primero invirtió 0,92 millones tres días antes de que su compañía recibiera una opa hostil de Gas Natural. El segundo, consejero de la gasista, adquirió 0,8 millones en plena opa.

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