Empresas y finanzas

Los rascacielos sostenibles no echan cimientos en españa

La crisis paralizó casi por completo la promoción de rascacielos en el país, solo en Bilbao se está levantando una de estas torres de consumo casi nulo, que son el futuro de la construcción mundial.

Rascacielos de madera, con grandes jardines en su interior, rodeados totalmente de placas solares o incluso sobre plataformas marítimas. Así se proyectan las nuevas construcciones del futuro, que tienden en todos los casos hacia la máxima sostenibilidad medioambiental. Tanto en el segmento residencial como en el de oficinas el camino que se está siguiendo en todo el mundo va hacia el consumo cero de energía.

España no es en este caso un país de referencia, ya que "la crisis del 2008 supuso un parón para ese tipo de desarrollos inmobiliarios y más teniendo en cuenta que hablamos de un país en el que tradicionalmente no se han construido demasiados rascacielos en comparación con otros", explica Guzmán de Yarza Blache, responsable de Workplace Strategy, Corporate Solutions de la consultora JLL.

Sin embargo, en Bilbao, donde ya está la Torre Iberdrola, se está levantando uno de los rascacielos sostenibles más altos del mundo. En el barrio de Bolueta y con 27 alturas, este inmueble es el primer edificio pasivo en altura (aprovecha las condiciones climáticas del entorno) que se construye en España y contará con 108 viviendas de VPO y 63 viviendas sociales. Diseñado por VArteaga Arquitectos, sigue los principios del estándar PassivHaus, que le permitirán tener un consumo de energía casi nulo.

Al margen de este desarrollo y las cuatro torres del Norte de Madrid, pocos ejemplos más encontraremos en España, que tiene mucho que aprender en este sentido de otros países como China, Japón, Australia o Emiratos Árabes, líderes en este tipo de construcciones. De hecho, "Barcelona, no tiene rascacielos propiamente dichos (edificios con una altura superior a 150 metros)", asegura De Yarza.

Por el momento, el centro financiero de Madrid (Azca) ya se está renovando, con la rehabilitación de muchas de sus torres. Este paso es vital para mantener el interés de las grandes corporaciones. "Las empresas más avanzadas están apostando claramente a nivel interno por alojarse en edificios que tengan criterios sostenibles", indica el directivo, que asegura que la tecnología de la construcción avanza rápidamente. Siemens es una de las compañías más activas en este terreno. Actualmente, está trabajando en la eficiencia energética del segundo edificio de oficinas más alto del mundo, que gracias a su tecnología es además pionero en ecologismo. Se trata de Taipei 101, situado en la capital de Taiwán.

Con 508 metros de altura y 101 plantas es un símbolo arquitectónico capaz de albergar a 12.000 personas, que además fue construido para resistir tifones y terremotos. El rascacielos, que tiene la calificación de LEED-EMOM Platinum, cuenta además con la tecnología Siemens Navigator, una plataforma de gestión de la energía y la sostenibilidad para edificios basada en la nube.

Las grandes tendencias

La diferencia entre los rascacielos que se levantaron hace 20 y 30 años con las nuevas construcciones son más que evidentes. En este sentido, De Yarza detalla que las claves de estos nuevos proyectos son fundamentalmente de tres tipos. "Por un lado la batalla estructural por ganar más y más altura, como la Jeddah Tower en Arabia Saudí, que va a superar el kilómetro de altura y está actualmente en construcción, o su precedente en Dubai, el Burj Khalifa, de 828 metros de altura, ambas diseñadas por Adrian Smith y SOM". Otro de los retos es la fachada, tanto en su componente constructiva como tecnológica. "Hay una tendencia hacia los rascacielos con doble piel, como la Shanghai Tower de Gensler, realizada con dos pieles separadas que alojan jardines colgantes en sus intersticios. Otras soluciones de fachada doble son el Shard de Renzo Piano en Londres o el Leadenhall Buidling, de Rogers", explica el experto.

El tercer caballo de batalla es por supuesto la sostenibilidad, en sus múltiples vertientes. "La gestión de la insolación es muy importante, no sólo para protegerse del sol sino también para aprovechar toda la superficie de la fachada y transformar la energía del sol en energía eléctrica para los usuarios, reduciendo el consumo de combustible y la huella de carbono".

Las Torres Al Bahar en Abu Dhabi diseñadas por el estudio inglés AEDAS tienen sus fachadas recubiertas con una suerte de paraguas que se abren y se cierran en función del momento del día y del sol que esté incidiendo sobre la fachada.

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