"Es un acuerdo histórico". Con estas palabras calificaba el presidente de Endesa, Borja Prado, el patrocinio entre la compañía eléctrica y la ACB por el cual Endesa se convertía en sponsor principal de la mejor competición nacional de clubes en Europa. Nos retrotraemos al 21 de julio de 2011. Aquel acuerdo tenía una vigencia de 4 años, con opción de renovación por dos más, y el montante económico ascendía a los 30,5 millones de euros. Lo que hizo revolucionario a este acuerdo no fue ni el dinero ?que, por supuesto, también? ni la esponsorización, sino el 'naming' right que desde entonces identifica a la por aquel entonces ACB. Desde la temporada 2011-2012, con todos ustedes, la Liga Endesa.
A imagen y semejanza del modelo anglosajón, nuestro deporte se adaptaba a los nuevos tiempos y comenzaba a comercializar los nombres de sus competiciones.
Aquello sucedió con el baloncesto, pero también con el fútbol, donde la Primera División pasó a denominarse Liga BBVA. Endesa, por su parte, decidió por aquel entonces ser "la casa del baloncesto". Aquel cambio de escenario condicionó algunos aspectos de la competición entonces dirigida por el ex jugador de baloncesto Eduardo Portela.
Era necesario un nuevo look. Inmediatamente se implantó un nuevo logotipo que fusionara la imagen de la ACB con la de Endesa de una forma gráfica y visual. Al mismo tiempo, la página web modificó por completo su imagen, adaptando sus colores y estilo a los corporativos de la eléctrica, apostando decididamente por el color azul de la compañía.
Aquella vinculación nacía con la clara intención de que el baloncesto en España siguiera siendo una referencia clara a nivel continental. Las palabras de Prado lo dejaba así de claro: "Nuestra liga es la primera de Europa y esto encaja con la vocación de liderazgo de Endesa". Cuatro años después, y a pesar de algunos rumores que circularon y que aventuraban una ruptura del acuerdo, el idilio continúa firme.
Al menos, hasta 2017
Retorno de la inversión, éxito de la implantación del término, del logotipo y del índice de patrocinio. Ésas eran las premisas para que, a la finalización de la temporada 2014-2015, la Asociación de Clubes de Baloncesto y Endesa se sentaran a negociar la ampliación de 2 años. Y el comunicado emitido por la eléctrica fue contundente: "El acuerdo se produce después del éxito y los beneficios que los tres primeros años han supuesto para ambas partes. Endesa está reconocida como una de las primeras empresas en patrocinio deportivo en España y el acuerdo, por tanto, tiene una vigencia de dos temporadas más sobre el acuerdo inicial". No había duda, el baloncesto español podía decir sobre Endesa aquello de hogar, dulce hogar.
Sólo había un mínimo cambio con respecto al acuerdo firmado en 2011. Francisco Roca había sucedido en el cargo a Portela como máximo responsable de la ACB, quien aseguraba que "el acuerdo de colaboración nos ha permitido contar con un importante apoyo para favorecer el desarrollo de la competición, un relevante y positivo reconocimiento social, y un fuerte apoyo por parte de la opinión pública española". La meta que a partir de aquí se han marcado las partes es la de explotar al máximo las importantes posibilidades de crecimiento de nuestro baloncesto a nivel de clubes.
Pero la apuesta de Endesa no se queda solamente en nuestra gran competición de clubes, sino que va más allá. La eléctrica es la casa del baloncesto de verdad, en todos los sentidos. Por eso, un año más tarde del tildado como "acuerdo histórico", se firmó otro no menos histórico, en este caso con la Federación Española de Baloncesto. Borja Prado y José Luis Sáez estrechaban sus manos para cerrar un acuerdo que, en principio, se extendería hasta el Mundial de 2014, ése en el que fuimos anfitriones. La selección española y el baloncesto de base también se encontraban bajo el paraguas de Endesa. Y como sucediera con la ACB, este contrato también entró en fase de renovación y el vínculo entre FEB y Endesa se extendió más allá de un Mundial, el nuestro, donde en lo deportivo no nos fue demasiado bien, pero que en el plano económico fue todo un éxito. Un retorno de más de 300 millones de euros que, en cierta manera, ayudó para que los patrocinadores siguieran apostando por nuestro baloncesto. Prado y Sáez volvían a verse las caras una mañana de mayo de 2015 para extender su vinculación profesional: Europeo 2015, con éxito sin paliativos de los nuestros con un nuevo entorchado continental, Juegos Olímpicos de Río y Eurobasket 2017. Nuevo ciclo, ahora sin Sáez en el sillón presidencial de la FEB, pero con Jorge Garbajosa, donde ambos contendientes esperan recibir réditos similares o mejores a los cosechados hasta ahora.
Dentro de ese vínculo de Endesa con la Federación, y al margen de ser ese socio preferente, hay otra variable que se debe destacar. Y es que la compañía eléctrica no sólo apuesta por el baloncesto como actividad deportiva, que también, sino por los valores que transmite. Este aspecto, tan importante hoy en día en el patrocinio, ha convertido a Endesa en la primera marca que se adhirió y apostó por el programa Universo Mujer.
¿Qué es Universo Mujer? Se trata de un programa liderado por la Federación Española de Baloncesto y el Consejo Superior de Deportes (CSD) que busca revalorizar el papel de la mujer en la sociedad a través de los valores del deporte femenino. Ha sido declarado Acontecimiento de Excepcional Interés Público en un intento de animar a la empresa privada a involucrarse con el deporte femenino español. Las empresas que lo hagan pueden llegar a obtener bonificaciones fiscales de hasta un 90 por ciento de la aportación. Pues bien, Endesa fue pionera también en este aspecto.
Al hilo de este compromiso con los valores unidos al deporte, hay otra serie de programas en los cuales participa Endesa dentro de su estrategia de patrocinio. Vinculado al acuerdo con ACB, se ha puesto en marcha el programa Basket Lover, un concurso mediante el cual se une el aspecto deportivo y el humano. Dicha actividad premia a aquellos aficionados que envían las mejores historias relacionadas con el baloncesto. Uno de los lemas se centra en "el baloncesto como fuente de energía necesaria para superar los obstáculos que se nos presentan en la vida".
El éxito, con el apoyo de grandes estrellas como Sergio Llull, Juan Carlos Navarro o Felipe Reyes, ha provocado que el concurso ya alcance su tercera edición y que la Comunidad Basket Lover sea una referencia para los amantes a este deporte. Historias de superación que ayudan a pensar que nada es imposible, que humanizan el baloncesto y a sus grandes referentes y que motivan a los protagonistas de estas historias a seguir luchando para cumplir sueños.
Tal ha sido el éxito de la iniciativa que el mismo formato ha sido trasladado a los más pequeños de la casa con el llamado programa Colegios Basket Lover. Dirigido a estudiantes de entre 8 y 12 años, estos locos bajitos pueden vivir intensamente su gran pasión, el baloncesto. Partiendo de trabajos en equipo, las escuelas y alumnos participantes optan a diferentes premios, tanto individuales como colectivos. La intención es nuevamente promover hábitos saludables, deportivos, innovadores y lúdicos, canalizados a través del deporte de la pelota naranja.
"Todo esto subraya el compromiso de la compañía con los valores que representa el baloncesto, en todas sus categorías y en todas las etapas", resalta el presidente Borja Prado. De esta manera, se ejemplifica la firme apuesta de una marca por una estrategia definida y con un claro objetivo de transmitir los valores humanos a través de la práctica deportiva, ya no sólo a nivel profesional, sino también amateur.
Baloncesto y Endesa son compañeros de viaje desde 2011 y, al menos, lo seguirán siendo hasta la temporada 2016-2017. Si los réditos siguen siendo igual de positivos puede que no haya problema para que ambas partes continúen por el mismo camino. En tiempos de una gran dificultad económica, el apoyo de la compañía integrada en el grupo Enel ha servido para iluminar el camino. El baloncesto español lo ha agradecido de la mejor manera que sabe: conquistando títulos a nivel de clubes, de la Selección y un sinfín de triunfos en las categorías inferiores. Si a eso le añadimos el binomio deporte-valores que se ha impulsado entre los más pequeños, no es de extrañar que el matrimonio haya superado los cinco años.