
Piense en las aerolíneas europeas hace dos meses. La situación era insostenible. Con un barril de petróleo que el 11 de julio llegó a alcanzar 147,5 dólares, el principal coste para estas compañías. Las aerolíneas estaban obligadas a subir el precio de los billetes y los aviones comenzaban a notar descensos en su ocupación.
Ahora, dos meses después, la crisis continúa pero hay motivos para buscar el atractivo bursátil a algunas aerolíneas del Viejo Continente. El petróleo apenas supera los 96 dólares el barril y, lo más importante, los grandes grupos aéreos europeos le han visto las orejas al lobo y saben que el futuro pasa por las fusiones corporativas: el cielo europeo se ha convertido en un escenario de depredadores y presas.
Y el primero en lanzar la dentellada ha sido British Airways: el gigante británico ha anunciado una fusión con Iberia que tendría que cerrarse en la primera mitad del próximo ejercicio.
El cambio de aires no le ha venido nada mal a la compañía presidida por Fernando Conte, ya que ha subido en bolsa alrededor del 25 por ciento en este periodo hasta los 1,99 euros y todavía le queda algo de recorrido alcista si atendemos al precio objetivo que marca el consenso de analistas: 2,23 euros.
Además, si el precio del petróleo sigue bajando, el potencial de Iberia crecerá en el parqué y los 64 millones de euros de beneficios que se prevén para el ejercicio 2008 se van a quedar cortos. La aerolínea ha gestionado con maestría durante los últimos años su política de compra de queroseno y con precios del petróleo por debajo de 90 dólares se maneja a la perfección.
Lufthansa, campeón en beneficios
El más importante de los depredadores europeos es la alemana Lufthansa: es el campeón tanto en términos de capitalización como en los beneficios, que a finales de año deberían alcanzar los 802 millones de euros. Sobre el parqué, sin embargo, las lufthansas no despegan y caen en los dos últimos meses un 6,1 por ciento.
En cualquier caso, el título alemán no se ha resentido demasiado, en parte gracias al descenso del precio del crudo, del gran número de adquisiciones en las que está involucrado o podría, con mayor o menor probabilidad, involucrarse. Sin embargo, después de subir el viernes un 7 por ciento, su potencial -calculado sobre el consenso de expertos, recogido por Factset- se ha quedado cercano al 7 por ciento.
Sus presas no pueden presumir de tan brillantes resultados
Austrian Airlines se anota una espectacular subida en los dos últimos meses del 101 por ciento, debido al proyecto de venta puesto en marcha por el Gobierno de Viena y al bajón en el precio del petróleo. Muy a pesar de su carrera bursátil, sin embargo, se prevé que a finales de año su cuenta de resultados alcance unos números rojos de 87 millones de euros.
De hecho, los expertos ya descuentan las operaciones corporativas y la depreciación del crudo y prevén para la compañía vienesa un potencial negativo cercano al 30 por ciento. La escandinava SAS vive momentos conflictivos. Marcada por el trágico accidente de Barajas, que afectó a su filial española Spanair, SAS se ha apreciado, en los últimos dos meses, un 35,8 por ciento, y ni siquiera le anima la sombra perenne de una posible adquisición del gigante Lufthansa.
Debería perder 137 millones de euros
A finales de 2008, debería perder 137 millones de euros, según apunta el consenso de bancos de inversión. Lo único que puede salvar a SAS en el futuro es un fuerte plan de saneamiento para que vuelva a ser rentable. Ahora, su atractivo está aparcado en el hangar y cotiza por encima de su precio objetivo. Hay otro depredador que puede causar problemas al liderazgo de Lufthansa. Es Air France-KLM, que aun por detrás de su competidora alemana en tamaño bursátil, puede presumir de 4.720 millones de capitalización -al cierre del jueves- y prevé obtener un beneficio de 592 millones.
El grupo franco-holandés cuenta con un potencial cercano al umbral del 9 por ciento, que marca la diferencia entre mantener y comprar.
Un capítulo aparte lo merece otra compañía que estará a medias entre Lufthansa y Air France... en el caso de que sobreviva. Tras la ruptura de conversaciones del pasado jueves, la continuidad de Alitalia está en entredicho. En cualquier caso, que acaben en manos de los teutones o de los galos poco importa, porque los romanos ya se han despedido del parqué. Alitalia está suspendida desde julio y ya se sabe que, vaya como vaya, los titulares de sus acciones no manejan más que papel mojado.