Hutchinson y Dubai Ports compiten por la nueva terminal de mercancías del Puerto de Barcelona, que duplicará el tráfico de contenedores.
Los gigantes asiáticos quieren amarrar en la Ciudad Condal, que sueña con convertirse en la puerta de entrada a Europa del tráfico marítimo asiático. Un objetivo que, prácticamente, ha conseguido.
La china Hutchinson Ports Holdings y la saudí Dubai Ports (a través de su filial P&O) han presentado sendas ofertas para hacerse con la nueva terminal, una ambiciosa obra que exigirá una inversión de 300 millones de euros, entre obra civil y maquinaria. A cambio, el ganador gestionará la infraestructura durante los próximos 30 años.
Junto a los dos grupos asiáticos, también ha concurrido el grupo catalán TCB, la primera compañía de terminales de España, con presencia en los puertos de Barcelona, Valencia, Gijón, Tenerife, La Palma, Paranagua (Brasil), La Habana (Cuba) y Progreso (México).
Ofertas
Dubai Ports ha hecho la oferta económica más agresiva, con 68,1 millones de euros a fondo perdido. Tras ella aparece Hutchinson, aliada con el Grupo Mestre, que ha ofertado 50,15 millones. De esta cantidad, 28 millones serían en concepto de anticipo y, el resto, a fondo perdido. Por último, TCB propone 27 millones (25 de anticipo y 2 a fondo perdido).
A estas cantidades hay que sumar los 300 millones de euros de inversión necesaria para construir y gestionar la Terminal. Además, cada año, el ganador deberá pagar un canon a la autoridad portuaria. Dubai ha ofrecido 6 millones de euros anuales; Hutchinson, 2,15 millones; y TCB, 1,45 millones.
Con estas cifras sobre la mesa, podría pensarse que el ganador será Dubai Ports. Sin embargo, la propuesta económica sólo tiene un peso del 30 por ciento sobre la valoración final. La verdadera piedra de toque será la oferta técnica, con un 70 por ciento. Y fuentes cercanas al concurso señalan que la compañía saudí ha realizado la oferta menos completa y con más fallos.
Veto de EEUU
La agresividad económica demostrada por Dubai Ports para llevarse el concurso puede responder a su imperiosa necesidad de crecer por Europa. Sobre todo, tras haber sido vetada en EEUU.
El pasado febrero, compró la británica P&O por 6.850 millones de dólares (5.744 millones de euros), cuya filial norteamericana gestionaba los puertos de Nueva York, Nueva Jersey, Filadelfia, Baltimore, Miami y Nueva Orleans.
Enseguida, los republicanos se alzaron en contra de que una compañía árabe tuviera el control de sus mares. Para frenarles, expandieron la mecha de miedo al terrorismo islámico, hasta conseguir su objetivo: Dubai Ports ha renunciado a gestionar los puertos estadounidenses.