Empresas y finanzas

Colonial, forzada a vender las 'joyas' para poder refinanciar su deuda

A la izq. Juan José Bruguera, presidente de Colonial y a la drcha. Pere Viñolas, director general de la inmobiliaria.

Inmobiliaria Colonial inaugura una nueva etapa tras la salida de Luis Portillo, con algunas joyas menos en cartera. La inmobiliaria, presidida ahora por Juan José Brugera, se ha visto obligada a colgar el cartel de se vende a algunos de sus principales activos para conseguir la refinanciación de una buena parte de  su deuda, que suma 8.991 millones de euros.

La compañía ha llegado a un acuerdo con sus bancos acreedores para refinanciar cerca de 7.000 millones de euros, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El acuerdo con los bancos que coordinan el préstamo sindicado (Calyon, Goldman Sachs International, Royal Bank of Scotland y EuroHypo AG) supone la refinanciación a largo plazo del 78 por ciento de su deuda, con un vencimiento a cinco años.

El director general de la inmobiliaria, Pere Viñolas, explicó en Barcelona las "dos bases" en las que se apoya el acuerdo alcanzado con los acreedores: una emisión de bonos convertibles obligatoriamente en acciones de la compañía por un valor de hasta 1.400 millones de euros y colgar el cartel de se vende a sus activos "no estratégicos": la filial de centros comerciales Riofisa, el 15 por ciento que posee de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y hasta un 33 por ciento de su filial francesa Société Fonciere Lyonnaise (SFL).

En este último caso, la empresa pretende mantener un paquete de control y reducir su actual participación del 84 por ciento por debajo de un 60 por ciento "para mantener las ventajas fiscales que hay en Francia para las inmobiliarias", remarcó el director general.

Brugera aseguró que estas desinversiones no son estratégicas, por lo que no afectan al "tronco de la compañía, que se centra ahora en el mercado de alquiler de activos y deja de lado el de las promociones residenciales". El director general detalló que sólo un 17 por ciento del valor de los activos de la compañía corresponde ahora a suelo y promociones, destacando así "el valor patrominialista" de Colonial.

Ambos directivos de la empresa no quisieron cifrar el precio que pueden alcanzar estos activos en venta, aunque han señalado que, según las valoraciones actuales del mercado, su precio podría estar entre los 1.700 millones y los 2.000 millones. La inmobiliaria reconoció en Barcelona el interés de "algunos grupos" en la compra del 15 por ciento de FCC, así como la atracción de algunos compradores, como Carlyle, hacia la filial de centros comerciales Riofisa.

La emisión de 1.400 millones en bonos convertibles es otra de las bazas de Colonial. La compañía aseguró que la banca acreedora de la inmobiliaria respalda la emisión de hasta 1.300 millones. "La emisión, que se producirá en los próximos meses, permite mejorar la capitalización de la empresa", reconoció Brugera.

Con el cierre de la refinanciación, la inmobiliaria española espera reducir su deuda en unos 3.000 millones de euros, por lo que la rebajaría de manera importante.

Salida de La Caixa y Popular

Sin embargo, el cierre de la refinanciación ha provocado la salida de La Caixa y de Banco Popular del sindicato de accionistas de Colonial. Ambas entidades consideran que ahora la "estabilidad de la compañía está garantizada" gracias al acuerdo alcanzado ahora por la inmobiliaria con los bancos acreedores, con lo que su objetivo de proporcionar estabilidad y apoyo a los órganos de gestión ya se han cumplido.

El Banco Popular, a través de una nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, comunicó su salida y la de la entidad catalana del pacto de accionistas que se firmó el pasado 25 de abril.

A partir de ahora, tanto Banco Popular, que tiene un 9,15 por ciento, como La Caixa, con un 5,42 por ciento, siguen estando en el accionariado de la inmobiliaria, aunque una vez rota la sindicación no está descartado que puedan salir del accionariado de la inmobiliaria.

Tras la marcha de estas dos entidades, el sindicato de accionistas estará formado por Bancaja, Caixa Galicia, CaixaNova, Banco Pastor y Caja Duero, que suman el 9,27 por ciento del accionariado de la compañía.

La entrada de las cajas en el accionariado de Colonial se produjo el pasado mes de abril, después de que el anterior presidente del grupo, Luis Portillo, no pudiera hacerse cargo de los créditos que solicitó al comprar acciones de Colonial, por lo que las entidades acreedoras se hicieron con casi un 24 por ciento del accionariado. Desde un primer momento, el banco y la caja tomaron las riendas de este nuevo grupo de accionistas.

Sin embargo, pocos meses después de este acuerdo sus diferencias en cuanto al futuro que debía tomar la inmobiliaria se hicieron cada vez más evidentes. Mientras que La Caixa apostaba por deshacerse de los activos de manera ordenada, el Banco Popular apoyaba un plan de viabilidad, ya que desde el primer momento confió en los activos de la inmobiliaria.

Caída en Bolsa

Las intenciones de la empresa ahora pasan por reducir la deuda a casi la mitad de la actual y empezar a vender cuanto antes los activos que han puesto a la venta. "La refinanciación de la deuda que hemos cerrado con los bancos acreedores nos permite no ponernos plazos en la venta de los activos no estratégicos, para no malvenderlos", reflexionó ayer Viñoles.

A pesar de que el presidente de la inmobiliaria apuntó que el acuerdo con la banca y la emisión de bonos tendrían una buena acogida por parte del mercado "dada la situación de debilidad financiera", las acciones de Colonial llegaron a caer más de un 12 por ciento ayer a mediodía.

Al cierre del mercado, la acción de la inmobiliaria había caído un 1,05 por ciento, hasta los 56,50 euros. No obstante, su director general no descartó una futura ampliación de capital o modificaciones en el consejo, "aunque serán más a largo plazo", remarcó Viñolas.

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