Pekín, 22 sep (EFECOM).- Pekín promociona estos días su efervescente distrito financiero con una feria que se inauguró hoy y que pretende convencer a los inversores de que la capital china es un centro moderno, eficaz e innovador.
Situado en el este de la metrópoli, el distrito de Chaoyang, que acoge a las grandes empresas financieras que se asientan en la capital, se ha alzado en los últimos años entre sus grandes rascacielos y sus elegantes centros comerciales como la cara más moderna de un Pekín capitalista y cosmopolita.
El distrito, donde se encuentran la mayor parte de las instalaciones donde se celebrarán los Juegos Olímpicos de 2008, acoge además a las embajadas y a la mayoría de la comunidad de expatriados en la capital.
Pekín se esfuerza ahora por atraer al distrito a empresas innovadoras y culturales, así como a medios de comunicación internacionales, que den a Chaoyang una imagen más cálida y más humana.
Este lavado de cara del barrio sirve de paso para mitigar las críticas sobre la especulación urbanística que ha aniquilado el patrimonio histórico de Pekín, cuyo centro histórico se reduce en un kilómetro cuadrado cada año.
"Queremos convertir el distrito en un centro mediático, por eso hemos creado este edificio, que esperamos que atraiga a medios de comunicación chinos y extranjeros", explicó a Efe Grace Jiao, del grupo inmobiliario Beijing Oriental Media Estate, que está levantando en Chaoyang un centro de prensa internacional.
Además de medios de comunicación y empresas culturales, la feria promociona proyectos urbanísticos de centros de moda y arte, como el que se ha empezado a erigir en la calle Sanlitun, centro diplomático y de entretenimiento del Pekín de los extranjeros.
Y para promover la innovación, los organizadores no se han olvidado de los derechos de propiedad intelectual, que tienen su refugio en el nuevo Centro Internacional de Derechos de Autor.
Este moderno conglomerado centralizará todos los asuntos relacionados con los derechos de propiedad intelectual, cuyas frecuentes violaciones en China son una preocupación constante para las empresas extranjeras. EFECOM
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