
Volkswagen vendió sus vehículos con las emisiones manipuladas en al menos trece países, once europeos
Volkswagen trabaja a contrarreloj para solucionar una crisis que no parece que lleve camino de cerrarse por el momento. Esta semana el grupo automovilístico alemán ha decidido posponer la junta extraordinaria convocada para el 9 de noviembre, para centrar sus esfuerzos en la investigación.
De momento, hay como mínimo 13 países, 11 de ellos en Europa, afectados por la crisis en todo el mundo y todavía falta por saber dónde están casi un tercio de los 11 millones de vehículos que la empresa ha admitido que contienen el software que mide de forma engañosa las emisiones. Las filiales de Volkswagen en diferentes países están informando con cuentagotas de cuántos automóviles hay en cada Estado.
El país más damnificado sería Alemania, que ha anunciado que 2,8 millones de vehículos fabricados por el consorcio automovilístico y que están en circulación están afectados por la manipulación que altera el control de las emisiones de gases contaminantes.
En segundo lugar se sitúa Reino Unido. La filial británica de Volkswagen ha informado de que 1.189.906 vehículos llevan instalado el software fraudulento y avanzó que prepara un plan para "corregir" la situación. De momento, ha suspendido la venta de 4.000 vehículos en el país, lo que supone el 3 por ciento del volumen total de ventas en territorio británico.
En Francia, tercera en el dudoso pódium, circulan 948.064 vehículos con dichos motores. La Fiscalía francesa anunció ayer que ha abierto una investigación preliminar por "fraude agravado" contra el grupo alemán. España ocupa el cuarto lugar en los países más afectados por el escándalo. Volkswagen informó hace unos días al Gobierno español de que ha identificado un total de 683.626 vehículos equipados con motores diésel del tipo que contiene el software engañoso comercializados en el mercado español. De la cifra total, 257.479 vehículos corresponden a la marca Volkswagen, 221.783 a Seat, 147.095 a Audi, 37.082 a Skoda y 20.187 a Volkswagen Vehículos Comerciales.
En Italia, casi 650.000 coches tienen motores manipulados. El escándalo, como era de esperar, tiesupone una incidencia superior en Europa que en los Estados Unidos, donde se descubrieron las trampas en los controles de emisiones contaminantes. Las autoridades estadounidenses han identificado 482.000 vehículos con el motor manipulado.
160.000 vehículos están siendo revisados en Holanda. El ministerio holandés de Finanzas señaló que el escándalo no tendrá un impacto en la fiscalidad de los vehículos de la empresa, que es inferior para automóviles considerados menos contaminantes.
En la República Checa, donde se fabrica la marca Skoda, se vendieron más de 150.000 vehículos equipados con el motor sospechoso. El ministro de Industria y Comercio, Jan Mládek, reconoció que el escándalo era una mala noticia para la economía checa, ya que la pérdida de prestigio de Volkswagen será difícil de superar, y la empresa sufrirá inevitablemente una caída de ventas. En Noruega hay 147.000 vehículos afectados. La unidad de delitos económicos y ambientales del país, Okokrim, ha abierto una investigación para determinar si el fabricante alemán de automóviles ha incurrido en un delito penal.
Por debajo de los 100.000 vehículos se encuentran pequeños países como Portugal (94.000), Irlanda (80.000), Luxemburgo (43.000) y Letonia (5.087). Al otro lado del Atlántico, algo más de 30.000 vehículos de Volkswagen están siendo investigados en México. Una portavoz de la compañía ha asegurado que los clientes de esos vehículos serán contactados "rápidamente en los próximos días" y que va a destinar un número de teléfono específico para gestionar el caso en cada país.
Por el momento, las dimensiones del fraude son difíciles de medir, igual que sus consecuencias económicas sobre la empresa.
Las noticias sobre nuevos costes y demandas en contra de Volkswagen no se detienen. A las investigaciones de países como EEUU, Italia, Francia, Corea del Sur o la propia Alemania se suman las acciones emprendidas por varios grupos ecologistas y por particulares.
Si a las multas multimillonarias a las que puede enfrentarse el grupo le añadimos las pérdidas en bolsa, las retiradas de subvenciones, las remodelaciones en el equipo directivo y las previsibles caídas en las ventas en los próximos meses, queda claro que el impacto de esta crisis va a ser enorme para el mayor fabricante de automóviles del mundo.
Además de las reclamaciones por los daños que ha ocasionado el fraude, los gobiernos de España y Francia se están planteando reclamar las subvenciones medioambientales que han concedido al Grupo Volkswagen. El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha explicado que el Ejecutivo español ha pedido documentación a VW que acredite que la manipulación de sus vehículos diésel no afecta a las emisiones de CO2 por las que recibieron ayudas del plan Pive al vehículo eficiente. "Jurídicamente estamos estudiando la devolución de esas ayudas, pero teniendo en cuenta que se han dado directamente a los compradores, no a la fábrica", afirmó el ministro el jueves, y remarcó que el Ministerio no se plantea la devolución por parte de los clientes, que en todo caso "han sido siempre compradores de buena fe".
La ministra francesa de Medio Ambiente, Segolene Royal, ha asegurado que si se demuestra que vehículos supuestamente limpios han conseguido subvenciones a través de engaños "entonces esta ayuda pública debe ser devuelta".
En Italia, una asociación ecologista ha presentado una demanda colectiva contra Volkswagen y el grupo ecologista francés "Sans Frontière Ecologie" también ha anunciado una denuncia por estafa, agravada por poner en peligro la vida de otros.
VW se enfrenta a miles de millones en sanciones y pérdidas y a una ola de juicios por venir. Ante este panorama, la empresa se esfuerza por mantener sus finanzas bajo control. La cúpula del grupo automovilístico está buscando febrilmente formas de estabilizar las finanzas, ya sea abaratando costes o intentando incrementar los ingresos.