
¡Que viene el lobo, que viene el lobo! Y al final apenas era un cordero. ¿Le suena? Pues algo parecido podría estar ocurriéndole a Ferrovial en Londres. La compañía española lleva dos años escuchando los gritos de alerta y ahora que se acerca el final, puede que no sea para tanto. Es más, hasta puede que sea para mejor.
Desde que adquirió BAA, el mayor operador privado de aeropuertos, el grupo de Rafael del Pino se ha visto tentado a vender alguno de los siete aeródromos que componen su filial británica.
Una amenaza que podría empezar a convertirse en realidad a partir de la próxima semana, cuando se espera que la Comisión de Competencia emita su dictamen definitivo tras la investigación por monopolio que ha realizado sobre BAA. Y todo apunta a que la sentencia podría pasar por forzarle a vender uno o varios aeropuertos.
Reduciría su ratio de endeudamiento
¡Ha llegado el lobo! Pues no. Más bien se trata de otro cordero. Primero, porque el impacto que tendría la venta de algún aeródromo en la cuenta de resultados de Ferrovial apenas sería significativo. Y segundo, porque le ayudaría a reducir de manera importante su deuda y, sobre todo, su ratio de apalancamiento, es decir, la relación entre el dinero que debe y su capacidad para devolverlo.
Si tomamos como referencia el aeropuerto de Budapest, que también formaba parte de BAA y que Ferrovial vendió por 1.309 millones de libras (1.670 millones de euros al tipo de cambio actual), un gigante como el londinense Gatwick podría llegar a valer casi 8.000 millones de euros (6.270 millones de libras). Esta cifra permitiría al grupo español reducir su deuda a 22.295 millones y rebajar en más de dos puntos el ratio de apalancamiento, hasta colocar al nivel de Acciona.
En cambio, sus ingresos apenas se reducirían en un 2,5%; y el beneficio bruto operativo (ebitda), en un 4,12%. Lo mismo ocurriría si vendiera Stansted, cuyo impacto sería todavía menor en la cuenta de resultados (1,77% menos de ebitda) y le permitiría reducir su endeudamiento hasta 26.836 millones. En cambio, si vendiera Southampton, su nivel de apalancamiento se mantendría en niveles similares al actual.
En Escocia, donde Ferrovial también puede verse forzada a vender alguno de los tres aeródromos que posee, ninguno ofrece el mismo atractivo que los londinenses. Tanto si vendiera Edimburgo como si optara por Glasgow, a priori los más lucrativos, su ratio de endeudamiento apenas variaría.
Amplio abanico de posibilidades
Los números de Ferrovial si vendiera algún aeropuerto
(1) Se toma como referencia el precio al que se vendió Budapest y su Ebitda. A partir de esta cifra, se hace una regla de tres con el resto de aeropuertos.
(2) En Budapest no se hacen cálculos a futuro porque ya se vendió en mayo de 2007. Este aeropuerto sirve como referencia para hacer los cálculos respecto al resto de aeródromos.
Fuente: Memorias de Ferrovial, BAA y elaboración propia.