La plataforma de alquiler vacacional HomeAway generó unos ingresos medios de 13.000 euros en 2014 a los particulares que ofertaron sus viviendas para uso turístico, por lo que la compañía estima un impacto económico de 166 millones de euros.
Estas cifras son una muestra más del importante negocio que se genera alrededor de este sector, que año tras año ha ido creciendo impulsado por compañías como HomeAway. Durante el año pasado más de cuatro millones de turistas se alojaron en España en este tipo de establecimientos y este verano la demanda nacional de alquiler vacacional ha crecido un 24 por ciento en el país.
Esto se ha visto reflejado en la facturación del grupo que se incrementó un 28,9 por ciento en 2014, hasta situarse en 448,9 millones de dólares (alrededor de 394 millones de euros). "Llegamos a España en 2010 y actualmente tenemos un millón de viviendas registradas en 193 países", explica a este periódico el director general de HomeAway para el sur de Europa, Juan Carlos Fernández. Desde la oficina de Madrid, en la que trabajan alrededor de 100 personas, se gestiona toda la información de España, Italia y Portugal.
El negocio de esta compañía reside en la cuota anual que cobran a los propietarios por publicitar un alojamiento en su web y que va desde los 100 hasta los 1.000 euros dependiendo de la visibilidad que se le de al mismo. "La transacción se cierra entre ellos, pero para los viajeros temos un seguro gratuito que cubre 800 euros. Además, si se utiliza el modelo de reserva online el seguro gratuito es de hasta 10.000 euros para cualquier incidencia", indica Fernández. La firma tiene además un equipo que comprueba la calidad de los alojamientos y si uno tiene tres comentarios negativos se elimina del portal.
Todos estos criterios rigurosos no han podido frenar las críticas del sector hotelero, que han iniciado una auténtica guerra contra este tipo de plataformas al considerar que apoyan la economía sumergida.
"Este modelo ha existido toda la vida y creo que el argumento que utiliza el sector hotelero es más competitivo y muestra por su parte una falta de respuesta a las necesidades del mercado y a un tipo de viajero que busca unas vacaciones concretas". Asi, el directivo asegura que las propias directivas europeas establecen que ellos no son los responsables de comprobar si los pisos que ofertan cumplen con la regulación. Eso sí, "nosotros informamos a nuestros clientes sobre la normativa de cada Comunidad Autónoma, y también consideramos que se debe aprobar una regulación homogénea que de seguridad jurídica, pero no puede tener las mismas exigencias que la regulación de los hoteles", destaca.