
Los griegos empiezan a confiar más en el dinero de plástico y a usarlo de manera habitual en su vida cotidiana. Éste es el resultado de los últimos datos disponibles por las entidades financieras que muestran que, desde la imposición del control de capitales en Grecia, a finales del pasado mes de junio, se ha triplicado el uso de dinero de plástico en el mercado. De hecho, desde el 30 de junio hasta principios de agosto se emitieron más de 1,1 millones de nuevas tarjetas de débito (en total, en Grecia se usan unos 11 millones de estas tarjetas) superando diez veces el promedio de 100.000 tarjetas por mes que se emitían hasta junio.
En Grecia los pagos que se realizan mediante tarjetas electrónicas a nivel nacional representan tan sólo un 6% del total de los pagos, una cifra que constituye uno de los peores registros en Europa. De hecho, en 2014, la cantidad de dinero que se gastó a través de tarjetas de débito representaba sólo 1 euro de cada 33 de gasto, frente a 1 euro de cada 6 en Europa.
Sin embargo, en un país donde el efectivo ha sido siempre el instrumento de pago dominante, el hecho de que, por ejemplo, en Atenas tres de cada diez clientes de cafeterías pida pagar ahora con tarjeta muestra que algo va cambiando. También el cambio se nota en los peajes, donde el uso de dinero de plástico en julio de 2015 en comparación con el mismo mes del año anterior registra una subida del 170%. En general, en las cinco primeras semanas después de la imposición del control de capitales en Grecia el uso de dinero de plástico subió un 135%, siendo los sectores de alimentación, sanidad y estaciones de servicio donde más se ha incrementado su uso.
Claro está que este desarrollo ha surgido más como una solución a las condiciones impuestas por las restricciones en la retirada de efectivo que a una maduración de la cultura de comportamiento económico a nivel cotidiano de los griegos. Por otra parte, los datos demuestran también la creciente importancia que va adquiriendo el comercio electrónico, que se considera uno de los sectores más dinámicos hoy día en Grecia.
En base a las estimaciones, el uso aumentado de dinero de plástico podría ayudar a reducir la evasión de impuestos, que hoy en Grecia se calcula alrededor del 25% del PIB, y a contribuir al aumento en los ingresos fiscales de más de 1.000 millones de euros anuales. Si al forzado uso de las tarjetas de débito se suma una política coordinada para fomentar el uso ampliado de dinero de plástico, se calcula que Grecia podría reducir en un 25% la economía sumergida y fortalecer los ingresos públicos.