
"En cinco años venderemos mil millones de dólares". Es la apuesta que Jack Ma, presidente de Alibaba, hizo a unos empresarios estadounidenses en un reciente viaje a Chicago. La empresa china ya es el mayor comercio electrónico del mundo. Ma cree que puede duplicar con creces el volumen de ventas de las plataformas de venta online de su empresa antes de 2020.
Primero necesita atraer a inversores. Las acciones de la empresa han caído en picado desde su máximo de 119 dólares (107,5 euros) a finales del año pasado, aunque todavía rondan los 74 dólares (66,8 euros) y siguen estando por encima de los 68 dólares (61,5 euros) con que salieron a Bolsa en septiembre pasado (o, para ser exactos, acciones en una "entidad de interés variable" vinculada a Alibaba y registrada en las Islas Caimán).
El 12 de agosto, Alibaba desveló sus últimos resultados. Sus ingresos trimestrales crecieron un 28% interanualmente hasta los 20.200 millones de yuanes (2.982,99 millones de euros) y los beneficios subieron un 23% hasta 10.600 millones de yuanes (1.498,46 millones de euros). Aun así, los inversores se desilusionaron. La empresa prevé gastar hasta 4.000 millones de dólares (3.615,66 millones de euros) en recompras para impulsar el precio de sus acciones.
Parte del motivo de que los beneficios no crecieran más es que Alibaba está invirtiendo mucho en áreas de crecimiento como internet móvil. Resulta prometedor que sus ingresos trimestrales de servicios móviles -de 8.000 millones de yuanes (1.130,78 millones de euros)- representen un salto interanual del 225%. Ya suponen la mitad del total de los ingresos de comercio electrónico de la empresa en China, frente a solo el 19% un año antes.
Mientras el crecimiento económico se enfría en las grandes ciudades de China, la empresa da un fuerte empujón para desarrollar el comercio electrónico en los consumidores rurales. China tiene relativamente pocas tiendas de ladrillo por cabeza, comparado con otras grandes economías. Los estudios demuestran que fuera de las grandes ciudades, los habitantes están dispuestos a gastar una parte mayor de sus ingresos en las compras online, y Alibaba se propone aprovechar ese deseo.
Fuera de China
También busca más clientes de comercio electrónico al otro lado de la frontera china. A principios de mes, anunció que Michael Evans, un banquero canadiense que trabajaba en Goldman Sachs, se haría cargo de los esfuerzos internacionales. Macy's y Costco, dos grandes minoristas de EEUU, ya han firmado acuerdos de uso de Tmall Global, una de las plataformas online de Alibaba, para vender productos a compradores chinos con menos retrasos y engorros de aduanas que antes, ya que ahora pueden usar los almacenes adheridos a Alibaba en zonas de libre comercio de China.
Los almacenes son un aspecto de la evolución de Alibaba frente a una empresa "ligera en activos". La deplorable ineficiencia de la red logística china, que actúa de freno para el crecimiento del comercio electrónico, ha obligado a la empresa a ponerse manos a la obra. Hace dos años fundó Cainiao, un consorcio que dirige una plataforma digital que vincula a más de una docena de proveedores de logística, 1.800 centros de distribución y más de 100.000 puntos de entrega.
Ahora, Alibaba invierte también en el ladrillo para no quedarse rezagada. Uno de sus competidores, JD, ha adoptado un enfoque "intenso en activos" del comercio electrónico, similar al de Amazon en EEUU. JD se ha gastado una fortuna en el desarrollo de almacenes y redes logísticas. Este mes anunció una inversión de 4.300 millones de yuanes (607,6 millones de euros) en Yonghui Supermarket, una importante cadena de alimentación, para impulsar su oferta en que los clientes eligen y pagan los productos online pero los recogen o se los envía una tienda física.
Dos gigantes más del online chino, Tencent y Baidu, ya han firmado grandes acuerdos de este tipo con Dalian Wanda, un importante operador de centro comercial.
Esta semana, Alibaba hizo lo mismo con una inversión de 4.600 millones de dólares (4.157,76 millones de euros) en Suning, uno de los mayores minoristas de electrónica de China. Suning abrirá una tienda online en Tmall para vender electrodomésticos y artilugios, áreas de producto en que JD ha desbancado a Alibaba.
El acuerdo no solo permitirá que los compradores elijan y devuelvan sus compras online en las tiendas de Suning, sino que también significa que la red de reparto de Suning, que llega a todos los rincones del país, se unirá a la plataforma logística de Cainiao y la reforzará notablemente. Cainiao espera ofrecer entregas en solo dos horas. Suning también podría sufrir menos el "escaparatismo" donde los compradores examinan los productos en sus tiendas para luego comprarlos online en otro sitio.
Alibaba también sigue adelante con la informática de nube. Su negocio Aliyun es el mayor proveedor de nube de China. Por ahora, las empresas más pequeñas de China usan menos los servicios de nube que sus homólogas en otros países. Alibaba está planificando una amplia expansión de Aliyun y ofrecerá precios que tentarán hasta al más frugal de los pequeños empresarios. Después de invertir intensamente en servicios de nube dirigidos a empresas chinas, prevé destinar 1.000 millones de dólares (903,8 millones de euros) más para hacer Aliyun global.
Finanzas online
El mayor premio futuro para Ma podrían ser las finanzas online, aunque los accionistas de la entidad cotizada de Alibaba podrían no ver todos los beneficios. Ant Financial, una empresa privada afín, controlada por Ma, encarna las iniciativas financieras del grupo. Alipay revolucionó los pagos online mediante garantía y ayudó a los compradores y vendedores a superar la desconfianza. Con unos 120 millones de operaciones diarias, Alipay va muy por delante de la oferta rival de pagos de Tencent.
El fondo de mercado monetario online de Ant Financial, Yu'E Bao, tenía alrededor de 600.000 millones de yuanes (84.763 millones de euros) en activos a finales de junio. Ant también ha ganado más de 400.000 millones de yuanes (56.509 millones de euros) en microcréditos. Aunque la empresa no pide garantías ni aval, su tasa de impago no llega al 2%. Ant se lanzará a Bolsa próximamente y los analistas creen que podría valer hasta 50.000 millones de dólares (45.191 millones de euros).
Dado que Alibaba posee tantos datos sobre operaciones online y otras actividades de los consumidores, puede juzgar mejor su solvencia que un banco. Varios países, como Singapur, utilizan Sesame, el sistema de calificación crediticia de Alibaba, para cosas como aceptar una solicitud de visado, y también lo hacen las webs chinas para buscar pareja.
Quizá el aspecto más intrigante sobre el futuro de Alibaba tenga que ver con el acuerdo firmado en julio con Unilever. El gigante europeo de productos de consumo vio cómo sus ventas en China caían un 20% en el último trimestre de 2014. Ahora, el servicio de marketing online de Alibaba, Alimama, recurrirá a la extensa base de datos sobre consumidores de su matriz para ayudar a Unilever con el marketing digital, a alcanzar a los consumidores rurales y reforzar las ventas transfronterizas.
Con todo, Alibaba está evolucionando de una plataforma de compras a un proveedor extenso de servicios online. Sus ambiciones exigirán una importante inversión. Algunos proyectos podrían fracasar, otros tendrán las alas cortadas por los reguladores chinos (la suspensión del negocio de lotería online de Alibaba ha sido una de las razones del lento crecimiento de los ingresos del grupo en el último trimestre). Los inversores se quejarán del coste que implica y de los beneficios diferidos, pero si solo alguna de las apuestas fructifican, el sueño del billón de dólares de Ma podría hacerse realidad.