BRUSELAS (Reuters) - Existe una "muy baja" probabilidad de que se llegue a un acuerdo con Grecia cuando se reúnan el jueves los ministros de Finanzas del Eurogrupo para tratar de formalizar un pacto de ayuda financiera a cambio de reformas, dijo el miércoles el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
Dijsselbloem dijo a un comité parlamentario holandés que el Eurogrupo continúa oponiéndose a una amortización de la deuda griega, opción que ha sido considerada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y advirtió que incluso en caso de un default, "(la deuda) no se irá".
Agregó que a Grecia se le acaba el tiempo y debe presentar contrapropuestas el jueves, cuando se reúna el Eurogrupo en Luxemburgo.
Atenas caerá en incumplimiento del pago de su deuda por 1.600 millones de euros (1.800 millones de dólares) con el FMI el 30 de junio, a menos de que reciba nuevos fondos hasta esa fecha. En caso contrario, su default podría precipitar su salida de la zona euro, y sus relaciones con sus acreedores son amargas.
"Si (las propuestas) no llegan, no podemos evaluarlas", manifestó Dijsselbloem, y agregó que el objetivo de las negociaciones "aún es mantener a Grecia dentro de la eurozona".
Poco antes Dijsselbloem propuso retrasar a julio la elección de su sucesor como jefe del Eurogroupo, que estaba prevista para el jueves, para que la atención siga centrada en Grecia
"Grecia requiere toda la atención", dijo Dijsselbloem, que también es el ministro holandés de Finanzas, en un tuit. "Las elecciones no deben conducir a debates sobre los procedimientos".
En la carrera por hacerse con el cargo se encuentran el propio Dijsselbloem y el ministro español de Economía, Luis de Guindos, que oficializó ayer su candidatura.
Dijsselbloem hizo hincapié en que los griegos deben presentar las contrapropuestas. "Todo lo que no quieren ya lo han dejado muy claro. Eso significa que tienen que presentar otras propuestas alternativas", dijo.
Dijsselbloem, que ha jugado un papel central en las negociaciones entre Grecia y sus acreedores, se presenta para un nuevo mandato de 30 meses, pero se enfrenta a una tensa competencia con De Guindos, visto como el candidato de los países del sur más golpeados por la crisis de deuda de la eurozona.
De Guindos defendió el martes que es "mejor tener a un presidente del Eurogrupo de un país que ha estado al borde del colapso y ahora crece al doble".